Está comprobado que uno de los mayores generadores de estrés entre los empleados son los recortes de personal, y más aún cuando son importantes. Los sentimientos de pena por la partida de un compañero querido de trabajo, el temor por ser el próximo despedido, y la angustia por los cambios pueden generar parálisis, desgano, agotamiento y hasta depresión.
Muchas veces, las empresas se ven obligadas a tomar estas decisiones tan difíciles. Y las causas pueden ser muchas: a veces puede tratarse de una contracción del mercado o una crisis económica generalizada; otras, la compañía necesita renovar su planta para hacer frente a nuevos desafíos. Cualquiera sea la circunstancia, lo importante es que como dueño del negocio tomes nota del clima laboral, y las medidas necesarias para que los efectos de un recorte no afecten el logro de las metas planteadas.
Al final, lo peor que puede suceder es que la compañía termine perdiendo, por desmotivación, a esos empleados valiosos que conservaron sus puestos. ¿Qué hacer entonces?, esto es lo que recomiendan los expertos.
1. No pretendas que no ha pasado nada
El primer paso es que, como líder del negocio, hables abiertamente con los empleados de lo que ha sucedido. Explica las razones de una decisión tan difícil, manifiesta cuáles son tus sentimientos al respecto, y habla sobre los retos actuales del negocio. Y sobre todo, cuenta por qué las personas que permanecen en la empresa son tan importantes para su futuro. Sé sincero y da información real, ya que mantener o en su caso recuperar la confianza del equipo es clave para seguir adelante.
2. Haz los ajustes necesarios en los procesos de trabajo
Uno de los principales errores que cometen muchos dueños de negocios es pretender que, tras un despido masivo, los empleados acepten duplicar su carga laboral, solo por miedo a ser los próximos en salir. Quizá tu empresa está pasando por un momento complicado y es necesario un mayor compromiso, y eso es comprensible. Pero también debes ser realista en cuanto a los resultados que realmente vas a obtener de personas que de un día para otro deben hacer horas extras sin ninguna compensación, y en un clima tenso y marcado por la incertidumbre.
3. Trabaja en un plan de contención y motivación con el área de Recursos Humanos
De acuerdo a la situación y tamaño de la empresa, analiza qué se puede hacer para recobrar la energía en la empresa. Por ejemplo, algo muy útil es tener conversaciones uno a uno con aquellos empleados que se han destacado por sus resultados, y que estás interesado en mantener en el negocio. Hazlo de manera periódica, y pregúntales cómo se sienten, qué necesitan, qué procesos deberían mejorar, y sobre todo si sienten que sus objetivos personales están alineados con los de su trabajo.
4. Ofrece incentivos
No tienen que ser necesariamente económicos. A veces , lo único que la gente necesita es saber que es importante en su lugar de trabajo, su voz es escuchada y tienen un peso real en el crecimiento de la empresa.
Entre otras opciones, podrías armar grupos de trabajo integrados por personas de diferentes áreas, para pensar en nuevas soluciones para viejos problemas. Es importante que estas actividades se realicen dentro del horario laboral, y que haya algún tipo de premio a la mejor propuesta, como un viaje o computadoras personales. También podrías mejorar la calidad de las comidas que se ofrecen. U ofrecer descuentos para gimnasios, entradas al cine y otras actividades que los empleados puedan disfrutar el fin de semana, en compañía de sus seres queridos.
Como verás algunas acciones se enfocan en prestar atención en los detalles, a la escucha activa, pero sobre todo a mantener las líneas de comunicación abiertas ante cualquier duda.
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