Si estás trabajando en tu plan estratégico para el próximo año, seguramente te estarás preguntando cómo lograrás que tus empleados se comprometan a lograr los objetivos planteados. Sobre el papel todo parece alcanzable, pero en el día a día, las cosas pueden ponerse muy complicadas si no contamos con el apoyo real del equipo.
En un ambiente de alta competencia, ya no es suficiente con que los trabajadores lleguen a horario y cumplan con sus funciones. Hoy necesitamos gente apasionada, comprometida y dispuesta a darlo todo por el éxito de la compañía, pero ¿cómo motivarla?
Esta es, para muchos empresarios, la pregunta del millón. Y según los mejores especialistas en Recursos Humanos, tiene una respuesta simple: alineando los objetivos particulares de cada empleado con los de la empresa. O en otras palabras, comprometiéndonos como líderes con el desarrollo de tu equipo.
Es ingenuo pensar que podremos crecer con empleados que se quedan en la empresa sólo porque no tienen otra opción. O que únicamente están interesados en recibir su quincena. Para desarrollar un negocio de alto impacto necesitamos el mejor talento del mercado, y para atraerlo y retenerlo tenemos que trabajar en una estrategia diferente.
Lo que vendrá
Lo primero que debemos entender es que las personas tienen objetivos propios, deseos y sueños por cumplir. Y muchas veces, el anuncio de cuáles serán sus funciones u obligaciones el próximo año no hace más que alejarlos de sus planes. Sobre todo si no los escuchamos.
Por eso, el primer paso es conversar con tu gente. Preguntarles cómo se sienten, si creen que su trabajo es significativo y si los está ayudando en su desarrollo personal. Si dedicamos tiempo a esta tarea, podemos obtener información sorprendente: por ejemplo, que la encargada de cuentas por cobrar es una apasionada del diseño, y que sería feliz de tener una oportunidad en el área de Mercadotecnia.
El segundo paso es asegurarse de que cada empleado entiende cuál será su función y responsabilidad en el logro de los objetivos del próximo año de la empresa. Y que está de acuerdo con eso. Como jefe, esta es una de tus principales responsabilidades. No se trata de cambiar toda la estrategia corporativa en función de los deseos de cada persona (eso sería imposible), sino de asegurarse de que al final podremos aprovechar al máximo los conocimientos, talentos y energía de todos.
Este ejercicio también pude revelar datos interesantes. Quizá descubramos que un director con muchos años en la empresa no está interesado en transformarse para acompañar el crecimiento del negocio. Un caso muy común es el de la transformación digital, que nos obliga a adquirir nuevas herramientas y conocimientos relacionados con Internet, las redes sociales y el e-commerce. Hoy las relaciones laborales se han acortado, y es mejor ser honestos sobre las expectativas y necesidades de todas las partes.
Por último, la discusión sobre los proyectos para el próximo año debe incluir el plan de carrera del empleado. ¿Cuál será el incremento salarial en caso de que cumpla con los objetivos planteados? ¿A qué posición puede aspirar en el corto, mediano y largo plazo? ¿Qué se espera de él para que pueda subir en la escalera corporativa? Por supuesto, esto dependerá del tamaño de la empresa, de la movilidad en los puestos ejecutivos y de las previsiones de crecimiento. Pero lo más importante es ser honesto, para no generar falsas expectativas y terminar generando un efecto contrario en términos de motivación.
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