Arrancamos un nuevo proyecto y sentimos que nada puede detenernos. Nos levantamos temprano, trabajamos con disciplina y cumplimos con todos los pendientes que establecimos para el día. De repente, una mañana tenemos que atender una urgencia y dejamos el proyecto de lado. Otro día le dedicamos un poco menos de tiempo, y casi sin darnos cuenta vamos perdiendo el entusiasmo… No logramos avanzar, y al mismo tiempo sentimos culpa y frustración.
¿Qué sucedió? Fuimos inconsistentes. Nos faltó disciplina para enfocarnos en un objetivo y dar todos los días los pasos pequeños y necesarios para alcanzarlo. En definitiva, nos autoboicoteamos.
En el caso de los negocios, este fenómeno no solo tiene un efecto negativo en la mentalidad, el ánimo y el rendimiento del emprendedor, sino en la productividad de todo su equipo. Después de todo, ¿quién puede sentirse inspirado o seguir las órdenes de alguien que no predica con el ejemplo?
Los expertos en psicología señalan que las causas de ser inconsistente son básicamente dos: una baja autoestima y la falta de autocontrol. Pero mientras analizamos qué sucede en nuestro caso, podemos trabajar en algunos hábitos para empezar a combatirla.
1. Concéntrate en los beneficios de largo plazo
El principal problema de las personas indisciplinadas es que piensan más en la incomodidad o el sacrificio del presente que en lo que van a conseguir en el futuro. Por eso se desmotivan, reaccionan fácilmente ante la menor distracción y, eventualmente, renuncian.
Por ejemplo, si en la empresa vamos a lanzar un nuevo producto, seguramente tendremos que trabajar horas extras, o sacrificar momentos de descanso junto a la familia. Un buen truco para seguir adelante es pensar en lo que en realidad perderíamos si no trabajáramos tan duro, o cuáles serían otras consecuencias negativas (por ejemplo, regalar una oportunidad de oro a la competencia).
2. Trabaja en tiempo presente
Los emprendedores son personas muy enfocadas en el futuro, y con un gran grado de optimismo. Esto, que en principio es bueno, también puede provocar sentimientos de ansiedad, temor y estrés.
Investiga cual práctica o disciplina puede ayudarte a equilibrar tus estados de ánimo. Para algunos, es ideal el ejercicio físico intenso. Para otros, en cambio, funciona mejor el yoga, la meditación o simplemente dedicar unos minutos a agradecer lo bueno que les sucedió en el día.
3. Nunca pero nunca olvides tu misión
¿Por qué decidiste emprender? ¿Qué te llevó a dejar la seguridad de un trabajo? Los empresarios más exitosos del mundo tienen, sin duda, talentos naturales. Pero sobre todo son tremendamente persistentes en la búsqueda de sus objetivos.
Y recuerda:
no importa cuánto hayas mejorado en cuanto a tu disciplina y organización, nunca faltarán los obstáculos o los imprevistos de último momento, capaces de alterar tus emociones. Maneja planes de trabajo, una agenda diaria y adquiere nuevos hábitos que te permitan evitar las distracciones y ser más productivo. No solo vas a lograr mucho más en menos tiempo, sino que vas a ganar paz mental y podrás disfrutar en serio de tus momentos de esparcimiento y diversión.
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