Seguramente has escuchado acerca de lo efectivas que resultan las técnicas de storytelling para aumentar el impacto de un mensaje de marca, o de una estrategia de mercadotecnia. Pero quizá no sepas que esta herramienta también funciona cuando tenemos problemas de motivación y compromiso en el equipo. ¡Y funciona muy bien!
Es que el principal problema que tienen muchas empresas no es que venden poco, o que su producto no es lo suficientemente bueno para el mercado. Su verdadero “talón de Aquiles” es que no tienen una historia poderosa que logre alinear a todos los empleados detrás de un sueño común. En consecuencia, cada área trabaja en sus propios objetivos, los esfuerzos se dispersan, y la expansión es débil.
Durante muchos años, los empresarios e incluso los expertos en Recursos Humanos pensaron que tenían una solución a este problema: la misión de la empresa. Pero seamos sinceros en cuanto a su utilidad. En general, hablamos de ella en una presentación ante un nuevo cliente, o cuando hacemos un tour introductorio a un nuevo empleado. Hasta puede estar impresa en las paredes de la entrada de las oficinas. Pero en el trabajo del día a día, raramente nos acordamos de que existe.
De corazón a corazón
Lo que una empresa en crecimiento realmente necesita es una narrativa que conecte el corazón del negocio con el de los empleados, y que le dé un sentido de transcendencia a cada día trabajado. Una historia que motive a cada trabajador a dar lo mejor de sí, y a convertirse en el mejor embajador de marca fuera de la compañía. Una misión que tenga que ver no solo con hacer dinero o ganarle a la competencia, sino con transformar la realidad.
Esa historia no tiene que ser distinta a la que la compañía cuenta a sus clientes, accionistas o proveedores. Pero debe cumplir con una condición: debe incluir a los empleados como protagonistas de esta historia. Por ejemplo, si lo que la empresa vende son suplementos alimenticios que están mejorando la salud de miles de personas, los trabajadores deben sentir que ellos también están teniendo un impacto en sus vidas con su trabajo y creatividad, y no solo el dueño de la empresa.
Ten en cuenta que para que una historia realmente funcione como un elemento transformador de la cultura corporativa, debe incluir los siguientes elementos:
- Un protagonista (el cliente)
- El problema o reto que enfrenta ese protagonista
- Un mentor o guía que oriente y de una solución al protagonista (la empresa y sus empleados)
- Enemigos que se opongan a los planes del protagonista
- Un plan para superar el problema
- Las acciones o pasos que toman el protagonista y su mentor para lograr su objetivo
- Un final feliz, que signifique el éxito del protagonista
¿Tu empresa tiene una historia poderosa para contar a sus empleados? ¿Tus trabajadores la conocen y se entusiasman con lo que escuchan cada día? ¿Comprenden cuál es su rol en esta narrativa y cómo está transformando su propia historia? Si la respuesta es no, es momento de que te pongas a trabajar en ese guión. ¡No esperes más!
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