El uso intensivo y la masividad de las redes sociales las ha convertido en herramientas imprescindibles para consolidar la presencia online de las marcas. Por eso es tan importante trabajar en estrategias que permitan aprovechar su potencial para maximizar su impacto no solo entre las audiencias, sino también en los resultados del negocio. Una de ellas es la llamada “optimización de redes sociales”, o Social Media Optimization (SMO) por su sigla en inglés. Veamos de qué se trata.
Cuando hablamos de SMO hacemos referencia al conjunto de técnicas y estrategias que se utilizan para mejorar la visibilidad de una marca y de sus contenidos a través de diferentes redes sociales. Por ejemplo, de lo publicado en un blog o en un sitio web para lograr que reciba más visitas y llegue al mayor número posible de personas.
Hacer SMO resulta cada vez más necesario por dos razones:
- En primer lugar, porque hoy es más común que las marcas hagan marketing de contenidos y los usuarios empiezan a sentirse un poco saturados.
- En segundo lugar, porque hacer contenido de calidad ya no es suficiente para asegurar su visibilidad.
- En tercer lugar, porque los algoritmos de las redes sociales favorecen cada vez más las publicaciones de los perfiles personales en detrimento de las cuentas empresariales.
Por ello no queda otra opción que hacer un uso inteligente de las plataformas, lo cual no siempre significa tener que invertir en campañas.
Además, es un hecho que las redes pueden significar un antes y un después en la capacidad de comunicación de las marcas. Por lo que, para posicionar a un blog, Google ya no solo toma en cuenta las técnicas de SEO clásicas, como el uso de palabras clave (keywords) o la extensión de los artículos, sino también las veces que estos son compartidos en redes sociales, así como los “Me gusta” que obtienen.
Por eso, el SMO ocupa un lugar cada vez más importante en las estrategias de contenidos de las empresas, como un complemento del SEO. De hecho, según varias encuestas, el 50% de las marcas cuyas publicaciones no están bien posicionadas en las búsquedas por Internet no optimizan a través de redes sociales.
Además de potenciar el alcance de los contenidos y la visibilidad digital de las marcas, otras ventajas de esta estrategia son:
- La reducción de las inversiones en marketing digital. La aplicación de técnicas de SMO atrae a personas realmente interesadas en los contenidos ofrecidos por una página, por lo que actúa como un filtro y mejora el retorno de la inversión (ROI).
- Diversificación e integración de los diferentes canales por los que se distribuye el contenido. Para que tengan impacto no basta con promocionar los contenidos a través de diferentes redes sociales, sino que también hay que integrar esos canales de manera coherente. Por ejemplo, a través de un tono común, pero también con claridad sobre las características de las audiencias de cada plataforma y el tipo de contenidos que se van a publicar para ellas, así como la función que cumple cada una en el embudo de ventas.
- Reduce el riesgo de “shock de contenidos”. ¿Habías oído hablar de este concepto? Se refiere al agotamiento que sienten muchas personas ante el bombardeo informativo, y que puede impedir que tu audiencia consuma tus contenidos, por muy buenos que estos sean. Para evitarlo y ponerte un paso por delante de la competencia, es vital la aplicación de diferentes técnicas y estrategias de SMO, como las que te compartimos a continuación.
Principales prácticas de SMO
#1. Enfócate en las redes sociales adecuadas para tu marca
¿Estás seguro de que las redes sociales que usas más activamente para promover los contenidos de tu marca son las adecuadas? Claro que Instagram tiene un gran alcance global, pero quizá no es la favorita de tu target, por lo que quizás estás perdiendo el tiempo ahí. Así que el primer paso es investigar a fondo cuáles son los hábitos de uso de social media e Internet en general de tus usuarios.
#2. Aumenta las posibilidades de interacción con las publicaciones
Además de trabajar con buenos contenidos, tenemos que facilitar la posibilidad de que nuestros seguidores participen en su viralización. Para ello, primero hay que captar su atención con imágenes y videos, para después incluir un llamado a la acción o CTA (call to action), como un botón para redireccionar a una página o a una tienda en línea.
#3. Crea un flujo continuo de contenidos (y con la frecuencia ideal para tu audiencia)
Por supuesto, publicar demasiado frecuentemente puede agobiar a tu audiencia, mucho más si los contenidos son irrelevantes. Al contrario, un volumen bajo de publicaciones y con brechas de varias semanas puede provocar que los seguidores de una cuenta se olviden de la marca. Para determinar la frecuencia ideal de posteo para cada red hay que programarlos, hacer varias pruebas y medir los resultados. En general, en Twitter hay que hacer varias publicaciones al día, mientras que en LinkedIn importa más la calidad de las publicaciones, y tres posteos a la semana pueden ser más que suficientes.
#4. Define el mejor horario para publicar
Además de descubrir la frecuencia de publicación ideal para cada plataforma, también necesitas saber cuáles son los días y horarios de publicación que potenciarán el alcance de cada posteo. Para lograrlo puedes utilizar las estadísticas que ofrece cada red social, buscar estadísticas y, como en el caso de la frecuencia de las publicaciones, hacer pruebas. A veces, es mejor publicar cuando nadie más lo hace, ya que la competencia por la atención de los usuarios es menor.
#5. Reutiliza el contenido
Hacer marketing digital estratégico no siempre significa trabajar en más contenidos o invertir más en publicidad, sino también aprovechar al máximo los recursos disponibles. Por ejemplo, puedes utilizar aquellos contenidos que tuvieron más visitas y que fueron compartidos más veces para armar infografías, videos cortos o ebooks y compartirlos a través de las redes sociales. Así, no solo le darás una nueva vida a esa información, sino que aumentarás su alcance y visibilidad.
#6. Integra las redes con otros canales
Por último, para potenciar el alcance de cada contenido hay que aprovechar cada interacción con un usuario para contarle cuáles son las redes sociales de la marca y cómo seguirlas. Por ejemplo, podemos incluir botones que lleven a Facebook o Instagram en la firma de cada email que sale de la empresa, en la página principal de la página web y en la de Contacto. Y claro, no hay que olvidar las oportunidades del mundo offline, como las tarjetas de presentación, el packaging de los productos o los folletos.
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