En algún punto, todo emprendedor sueña con que su empresa se vuelva global. Y México, uno de los países con más acuerdos de libre comercio en el mundo, ofrece muchas ventajas para los negocios que quieren crecer a nivel internacional. La gran pregunta es en qué momento tomar esa decisión.
Exportar o abrir sucursales en el exterior puede ser un proyecto riesgoso, por factores como las variaciones en el tipo de cambio y la adaptación de una estructura organizacional a una nueva cultura. A veces, las compañías tratan de volverse globales demasiado rápido. Y éstas son las cinco preguntas que sus fundadores o directivos deben hacerse antes de dar el gran paso.
1. ¿Y si empiezo por vender por Internet?
En muchos casos, todo lo que una empresa necesita para desembarcar en el exterior es una buena plataforma de comercio electrónico. Por supuesto, hay que revisar puntos importantes como los costos de envíos y entrega, y las opciones de pago. Y a veces, es mejor iniciar de la mano de un operador global de e-commerce, como Mercado Libre, Amazon o Alibaba. Con ese apoyo, reduciremos las probabilidades de fracaso y tendremos más tiempo para conocer el mercado local.
2. ¿Las bases de mi negocio están sólidas?
Si has llegado a la conclusión de que tu negocio necesita una sucursal en el exterior, debes tener claro que la estabilidad de una empresa es fundamental. Esto significa una administración ordenada, una amplia base de proveedores y un canal de distribución eficiente. Y por supuesto, hace falta un equipo profesional y dispuesto a darlo todo para alcanzar los nuevos objetivos de la compañía.
3. ¿Estás seguro de que has detectado una oportunidad?
Muchos empresarios se lanzan a exportar convencidos del potencial de su producto. Pero no se toman el tiempo de analizar a fondo la demanda real del mercado o la cantidad de competidores que enfrentarán. Antes de tomar cualquier decisión, es importante realizar un estudio de mercado e incluso pasar tiempo en el extranjero, para conocer a esos potenciales consumidores de primera mano.
4. ¿Cuentas con los recursos necesarios?
No se trata solamente del capital para arrancar y sostener la operación en el exterior durante los primeros meses. A veces hace falta un socio local, que conozca las particularidades del mercado y cuente con los contactos necesarios. Y siempre es importante contar con empleados con los conocimientos y experiencia necesarios, ya sea sobre comercio internacional o la legislación local. Aunque contrates los servicios de una consultora, al final siempre necesitarás la participación de uno o dos directores de la empresa en este proyecto.
5. ¿Tu empresa será capaz de adaptarse a la cultura local?
No importa qué tan universal puede ser el uso de un producto o servicio, siempre tendremos que hacer una “tropicalización” de nuestra oferta. Pero también de la manera de comunicarnos con nuestro mercado objetivo, de vender y de prestar un efectivo servicio al cliente. Entrar en el mercado extranjero demanda un esfuerzo permanente de aprendizaje y adaptación por parte de fundadores, directivos y empleados.
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