Uno de los problemas más comunes de los negocios pequeños y medianos es que de repente se encuentran sin el efectivo necesario para hacer frente a sus compromisos, como el pago a proveedores. Esto tiene que ver con la falta de planeación, pero también de las herramientas necesarias para mantener las finanzas en orden.
¿Qué sucedería, por ejemplo, si tus clientes pagaran a tiempo o incluso antes de lo acordado? ¿O si hubiera una mayor rotación del inventario y menos mermas de productos? Los beneficios para la operación de la empresa serían inmediatos, y también para la tranquilidad del dueño del negocio. Pero por supuesto, hacen falta medidas concretas para alcanzarlos. ¿Cuáles son y cómo puedes empezar a aplicarlas? Esto es lo que recomiendan los expertos.
1. Ofrece promociones y descuentos
El primer paso es incentivar a tus clientes con algún beneficio a cambio de que paguen por anticipado o en efectivo. Tendrás que resignar un pequeño porcentaje de los ingresos (¿quizá un 5 o un 10 por ciento?). Pero tranquilo, porque ese monto se verá compensado por la mayor disponibilidad de dinero para cumplir con las obligaciones de la empresa, por lo que ya no habrá que pagar los intereses de la tarjeta de crédito, de algún préstamo o por el pago fuera de término de algún servicio. Revisa a fondo los números del negocio y define cuál es la mejor estrategia.
2. Establece una política clara de cobro
¿Cuál es el plazo de pago de las facturas emitidas por tu empresa? ¿Es igual para todos los clientes? ¿Quién está a cargo de dar seguimiento a ese proceso, ventas o administración? ¿Cuándo y de qué forma se envían recordatorios de que se acerca la fecha límite para hacer una transferencia o depósito? Lo ideal es apoyarse en un software contable que permita llevar un registro ordenado de las cuentas por cobrar, las fechas en que fueron emitidas las facturas, y que permita armar un calendario para comunicarse con los clientes y solicitar el abono correspondiente.
3. Mejora el manejo del inventario
El principal objetivo de este proceso debe ser mantenerse al día con los pedidos de los clientes (se trate de un consumidor final o de una tienda minorista). Pero a la vez hay que hacerlo con eficiencia, para evitar que el exceso de stock termine absorbiendo gran parte del efectivo que necesitamos para operar. De nuevo, la tecnología resulta clave para poder hacer un análisis certero del nivel de inventario que necesitamos de acuerdo al historial de pedidos, las ventas generadas y los problemas para cumplir con alguna orden. ¿Qué herramienta vas a necesitar? Una plataforma eficiente de administración, con el que puedas integrar en tiempo real todas las operaciones de venta de las sucursales con la bodega.
4. Desarrolla una relación fuerte con tus clientes más importantes
¿Cuáles son las personas o empresas que significan el mayor volumen de compras para la compañía? ¿Cuál es el monto actual de sus pedidos, con qué frecuencia los hacen y cómo podría evolucionar ese número en el futuro? ¿Qué sucede con los pagos? ¿Hay algún incentivo que puedas ofrecerles para que liquiden antes sus facturas? Según la famosa regla del 80–20 (o Ley de Pareto), hay un 20% de clientes que suelen significar el 80% de los ingresos de una empresa. Identifica ese núcleo duro en el caso de tu negocio, y analiza qué ajustes en la relación comercial puedes ofrecer para beneficio de ambas partes.
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