¿Cómo debe ser un líder de negocio en 2021?

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Tras largos meses de aislamiento y desaceleración de las actividades económicas, y mientras en países como México los contagios y las muertes por el coronavirus siguen al alza, tratamos de mantenernos positivos. Seguimos día a día las noticias sobre las campañas de vacunación, y nos seguimos preparando para el próximo regreso a la “normalidad”. Sin embargo, y luego de haber atravesado lo que fue para muchos el año más difícil de su vida, la pandemia nos sigue dejando enseñanzas que no podemos ignorar. Y que tienen que ver con la vida, pero también con los negocios y el liderazgo.

Sin paralizarse, sino todo lo contrario, es el momento de hacerse algunas preguntas importantes. ¿Qué aprendimos durante el último año sobre cómo ser un mejor jefe? ¿Qué sabemos ahora sobre cómo motivar a un equipo o sobre qué es el verdadero liderazgo? Quizá puedas identificarte con algunas de estas lecciones.

1. No hay nada más importante que el equipo

Si bien los mejores líderes saben que no pueden alcanzar ningún resultado sin el apoyo de sus empleados, el avance de la pandemia nos recordó lo importante que es cuidar de nuestra gente. Y que solo en compañía podemos superar los desafíos más grandes. Por eso, los grandes empresarios y emprendedores tomaron medidas a tiempo para adoptar el teletrabajo, mantener a la mayor parte de sus colaboradores en casa y así protegerlos de los contagios no solo a ellos, sino también a sus familias.

2. Necesitamos hablar más de la salud mental

La falta de contacto con familiares, amigos y compañeros de trabajo; la incertidumbre por la situación económica y la marcha de la empresa; y el miedo a la enfermedad pusieron en jaque la estabilidad emocional de millones de personas en todo el mundo. Y nos recordó que la salud en concepto integral, y que la asistencia psicológica o los programas de desarrollo personal deberían integrarse para siempre a los programas regulares de apoyo y capacitación para los empleados.

3. Nuestra misión y valores siempre nos van a indicar el camino correcto

Ante una crisis tan inesperada, tuvimos que tomar decisiones rápidas, y muchas veces en contra de la rentabilidad la empresa en el corto plazo. Por ejemplo, hubo compañías que ofrecieron descuentos especiales para sus clientes, o que ampliaron el plazo de pago de una deuda (por supuesto, sin poner en riesgo las finanzas). Así, se volvieron más empáticas y compasivas, y privilegiaron su propósito superior por sobre los números. Y de paso, fortalecieron su marca, y la relación con sus clientes y empleados.

4. No hay nada como predicar con el ejemplo

Otra de las grandes lecciones del 2020 es que las declaraciones y anuncios no alcanzan. Y que los mejores líderes son los que ponen en práctica día a día la misión y los valores de la compañía. Lamentablemente, no faltaron los empresarios que aprovecharon la crisis para enviar a sus empleados a trabajar desde casa sin ningún tipo de apoyo por parte de la empresa, con el único propósito de bajar sus costos operativos. O directamente para recortar la nómina. No te será difícil adivinar cuáles fueron los resultados obtenidos por esos empresarios en los últimos meses…

5. Somos seres vulnerables y en permanente evolución

Por último, la enfermedad y en algunos casos la muerte de seres queridos nos han recordado la fragilidad de la vida, y la opción más importante que tenemos ante una situación difícil: aprender y evolucionar. Es cierto, como líderes de negocios tenemos que mostrarnos fuertes y seguros de nuestras decisiones, y plenamente confiados en nuestras posibilidades de éxito. Pero estos meses nos están dando además algunas oportunidades que no podemos dejar pasar: la de mantener conversaciones más humanas y empáticas con el equipo, la de decir a nuestros empleados que nosotros también estamos aprendiendo de todo esto, y la de agradecerles por ser parte de nuestra historia.

 

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