En la comunicación, cada uno de nuestros gestos dice mucho acerca de nuestro estado de ánimo, intenciones y actitud. Por eso es tan importante que, como emprendedor, tengas la habilidad de proyectar confianza a través de tu lenguaje corporal.
¿Por qué es importante mostrarse seguro? Porque, como explican los expertos, de esa manera podemos tomar el control del mensaje que estamos enviando al generar confianza y tranquilidad en nuestro interlocutor.
Si no tomamos conciencia de esta habilidad podríamos afirmar una cosa, pero comunicar otra con nuestros gestos. Por ejemplo, ¿qué sensación te generará una persona que te asegura que te pagará una deuda, pero no te mira a los ojos? ¿O alguien que te transmite que está interesado en tu propuesta comercial, pero te escucha cruzado de brazos y en una posición defensiva?
Como un emprendedor enfocado en los resultados, lo último que quieres es sabotear tus oportunidades a través de tu lenguaje corporal. Así que hoy te compartimos estos cinco consejos para que aprendas a usarlo a tu favor, tanto cuando tengas reuniones presenciales como en línea.
#1. Mantén todo el tiempo una postura de seguridad
El primer paso para lucir confiado es mantener una postura que los expertos llaman “asertiva”; es decir, que te permita transmitir —con firmeza, pero sin agresividad— tu mensaje, tus opiniones y tus emociones frente a otra persona.
Para lograrlo, cuando estés parado coloca tus pies ligeramente separados, para mantener el equilibrio, y apuntando hacia tu interlocutor para manifestarle tu interés en la conversación. La espalda y la cabeza deben permanecer derechas, con los hombros relajados y ligeramente hacia atrás (no los lleves hacia arriba, eso podría tensarlos).
Si estás sentado o en una sesión de Zoom, estírate hacia arriba y coloca los pies sobre el piso, sin cruzar las piernas. Inclínate ligeramente hacia adelante, para demostrar que estás escuchando y también para mejorar la iluminación de tu rostro.
En ambos casos, respira siempre de manera pausada y profunda; sobre todo cuando estés participando de una reunión complicada en la que quieras evitar estresarte y perder la compostura.
#2. Adopta posturas de poder
¿Sabías que hay algunas posiciones del cuerpo que pueden transmitir al cerebro que te sientes seguro y, por lo tanto, permitirte eliminar patrones de pensamiento negativo y bajar el nivel de estrés? Para entrar en este círculo virtuoso, los expertos recomiendan incorporar las llamadas “posturas de poder”; por ejemplo: cuando estés por cerrar un acuerdo, coloca tus manos sobre la mesa e inclínate ligeramente hacia adelante, mientras miras a tu interlocutor a los ojos. Esta es una posición de dominio que a través de las manos transmite honestidad y transparencia.
Durante una presentación también puedes transmitir entusiasmo y confianza a través de los brazos y las manos; or supuesto, siempre de manera elegante y controlada.
#3. Presta atención a tu rostro
El rostro es un transmisor muy poderoso de nuestras emociones. No se trata de evitarlas, sino de controlarlas y usarlas a nuestro favor para lograr nuestros objetivos. Así que el primer paso es preguntar a tus familiares y amigos qué transmiten nuestros gestos. Por ejemplo, ¿abres demasiado los ojos al hablar y transmites nerviosismo? ¿O quizá frunces demasiado el ceño, lo que puede manifestar enojo?
Cuando hayas detectado tus expresiones más comunes, practica frente al espejo o la pantalla de la computadora (por ejemplo a través de una transmisión de Skype en la que solo participes tú) cómo hablar de una manera más relajada y compuesta. Para lograrlo, lo mejor es relajar los músculos y sonreír más frecuentemente, de manera natural, rasgando ligeramente los ojos.
#4. Controla tus manos
Las manos son grandes herramientas de comunicación. Cuando están abiertas o con las palmas hacia arriba manifiestan apertura, generosidad, capacidad de cooperación y confianza. En cambio, un puño cerrado es agresivo y transmite rigidez e inseguridad.
Los expertos también recomiendan evitar apuntar con el dedo índice hacia nuestro interlocutor, porque esto siempre resulta agresivo. Cuando quieras manifestar emoción por una idea puedes apuntar a tu audiencia o a la pantalla con la palma abierta hacia arriba y con los dedos juntos.
#5. Evita los movimientos nerviosos y repetitivos
Todos tenemos algunos gestos que repetimos de manera inconsciente cuando estamos nerviosos, como dar golpecitos con los pies, tronar los dedos o jugar con nuestro cabello. Cuando estamos frente a un cliente o proveedor, o incluso durante una conversación personal importante, debemos evitarlos; ya que transmiten estrés, aburrimiento y frustración.
Para lograrlo, el primer paso es reconocerlos. Luego, identifica qué es lo detona esos hábitos para que puedas controlarlos y reemplazarlos con otros. Por ejemplo, si en las juntas tiendes a tomar una pluma y girarla sobre tu mano, mejor déjala sobre la mesa y mantenla lejos de tu alcance. O si siempre te estás tocando la cara, coloca tus manos sobre tu regazo y respira profundamente mientas sonríes de manera natural.
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