Todos los emprendedores lo saben: la innovación es vital no solo para el crecimiento de un negocio, sino para su supervivencia a largo plazo. El desarrollo de nuevos productos o la adopción de nuevas tecnologías no solo nos ponen por delante de la competencia, también nos convierten en organizaciones más ágiles y eficientes ante los cambios del mercado.
El problema es que innovar tiene un costo, y cuando manejamos un presupuesto limitado, es fácil posponer esos proyectos para el futuro. ¿Cómo superar este reto?
Estas son algunas ideas para que los dueños de un negocio puedan convertir a la innovación en un poderoso motor de crecimiento, sin poner en riesgos las finanzas ni afectar el flujo de efectivo.
1. Enfócate en los cambios que generen valor
Parece algo obvio, pero la realidad es que muchos emprendedores creen que el principal objetivo de, por ejemplo, una nueva tecnología, debe ser reducir costos y tiempos de elaboración de un producto. Pregúntate en cambio qué necesita hoy tu cliente, por qué nuevos canales puedes atenderlo, o qué otras líneas de negocios estás desaprovechando y tienen un potencial fuerte para convertirse en nuevas fuentes de ingreso.
2. Haz pequeñas apuestas
En vez de hacer una gran inversión en un solo proyecto, es mejor manejar varios a la vez, que puedan ir probando su viabilidad y absorbiendo recursos a cambio de avances concretos. Por supuesto, hay que armar un pipeline de proyectos, designar responsables y darles seguimiento, porque de lo contrario no habrá ningún resultado. Después de un tiempo, cuando uno o más hayan dejado en claro su potencial, hay que enfocarse en ellos.
3. Da tiempo y espacio a las nuevas ideas
La idea de los fundadores de Google de que sus empleados destinen el 20% de su jornada laboral a trabajar en nuevas ideas puede parecer poco realista cuando hay tanto por resolver. Pero es un concepto muy interesante, que puede ayudarnos a descubrir áreas de oportunidad para enfocar a la empresa hacia el concepto de la innovación permanente. Todos queremos aprender algo nuevo, o ser parte de algo más grande. Y a veces, es suficiente con compartir con el equipo en qué cosas nuevas estamos trabajando en la dirección general, e invitarlos a participar de alguna reunión y compartir sus sugerencias.
4. Busca fuentes alternativas de financiamiento
Aunque no es un camino fácil, las pequeñas y medianas empresas tienen muchas veces opciones concretas para poder iniciar proyectos de innovación aunque no cuenten con el dinero necesario. Por ejemplo, un cliente grande interesado en impulsar mejoras en los procesos de entrega de sus proveedores más antiguos. O una asociación empresarial, que haya llegado a algún acuerdo con organismos públicos de desarrollo o bancos privados que otorgan créditos blandos para la adopción de nuevas tecnologías, o actividades de investigación y desarrollo.
Como has visto las posibilidades de innovación no se cierran a crear un producto novedoso, sino que va desde la operación hasta las oportunidades que tenemos para servir mejor a nuestro clientes.
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