Se acerca el final del año y es el momento del balance en la empresa. Uno de los ejercicios más importantes es la evaluación del desempeño de los empleados, que tiene beneficios tangibles no solo para la operación, sino también para la motivación y la comunicación entre los directivos y el resto del equipo.
Sin embargo, esta práctica no es tan común entre las pequeñas y medianas empresas (Pymes), ya que generalmente es considerada como propia de los grandes corporativos. Y nada más alejado de la realidad, ya que sus impactos positivos alcanzan a organizaciones de todo tamaño, y a todos los niveles del organigrama. Y son los siguientes.
1. Asegura el logro de resultados
Cuando los jefes no evalúan a los miembros de su equipo, los empleados sienten que, al final, su trabajo no importa demasiado. Y no hay nada que desmotive más a una persona que ser ignorada. En cambio, las evaluaciones objetivas, estructuradas y periódicas mantienen la vigencia de los objetivos establecidos al inicio de año e impulsan a los trabajadores a dar lo mejor de sí mismos.
2. Genera confianza
Para lograrlo, es fundamental que las evaluaciones sean transparentes y estén basadas en datos objetivos (por ejemplo, el recuento de asistencias, llegadas tarde, ausencias injustificadas y vacaciones debe estar sustentado en un software de nómina). Y que los directivos dediquen tiempo y atención a hablar con cada uno de sus subalternos, con la idea de resaltar sus logros y encontrar áreas de oportunidad para hacerlo mejor el siguiente año.
3. Promueve el desarrollo profesional de los empleados
Una revisión anual de resultados permite que los empleados recuerden cuál es su función en la empresa, midan el impacto de su trabajo diario y se sientan más alineados con los objetivos de la organización. Pero sobre todo, les da información concreta para que evalúen su crecimiento durante el último año, vean las oportunidades que tienen para obtener un ascenso y un aumento de salario, y entiendan en qué necesitan capacitarse y mejorar.
4. Ayuda a retener el mejor talento
Las presiones de la operación diaria impiden que los dueños y los directivos de más alto rango detecten cuál es el estado de ánimo de aquellos empleados que son clave para el logro de los resultados. Por eso, no es extraño que en las Pymes los miembros más valiosos del equipo renuncien de un día para otro, atraídos por una mejor oferta laboral o simplemente cansados de no ser tenidos en cuenta. De hecho, los expertos en recursos humanos recomiendan que la evaluación de desempeño de los puestos más importantes de la empresa se realice dos veces al año.
5. Permite hacer los ajustes necesarios en la operación a tiempo
Los empleados, sobre todo aquellos más comprometidos con el éxito de la empresa, son la fuente más valiosa de información sobre las dificultades en el cumplimiento de procesos, la satisfacción del cliente e incluso el clima laboral. Y entonces, hay que aprovechar las reuniones de evaluación de desempeño para escuchar a los miembros de cada equipo, tomar nota de los problemas y retos que hacen difícil su trabajo, y tomar acciones para ofrecerles soluciones concretas.
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