Debido a las súbitas restricciones impuestas por la pandemia y sus periodos de aislamiento social, en los últimos dos años las pequeñas y medianas empresas (Pymes) tuvieron que adoptar soluciones digitales de forma improvisada. Por lo que, durante este año —en donde la actividad económica y las operaciones se normalizarán aún más— será que tales negocios desarrollen un proceso de digitalización más programado y estructurado.
¿El objetivo? Sobre todo, recuperar los índices de actividad y de ventas; pero también mejorar los procesos para convertirse en empresas más competitivas: capaces de dar un mayor valor agregado a sus clientes en el mediano y largo plazo.
La urgencia de la transformación digital tiene como causa principal: un cambio sustancial en los hábitos de consumo de los mexicanos en los últimos meses. Según el estudio Perspectivas de consumo para el cierre del 2021, realizado por EY-Parthenon, el comercio electrónico ha alcanzado su nivel máximo de actividad en marzo del año pasado, cuando abarcó hasta el 38% del comercio en productos no comestibles y el 23% en productos comestibles.
Por eso las Pymes que quieran mantenerse en el camino de la rentabilidad y el crecimiento tendrán que seguir apostando por su digitalización. A continuación, te compartimos las bases con las que tendrán que sostener esa transformación durante los próximos meses.
#1. El foco en el desarrollo de ventajas competitivas
Las herramientas digitales son mucho más que salvavidas para cumplir con las nuevas disposiciones fiscales, tener presencia en redes sociales o acelerar un proceso de producción. La principal ventaja de la tecnología es que permite aprovechar esas oportunidades de mercado que aparecen a diario y que nos permiten desarrollar ventajas competitivas claras frente a la competencia. Así que el primer paso de la digitalización es hacer un análisis de las necesidades y aspiraciones de nuestros clientes potenciales al definir si contamos con las plataformas digitales necesarias para satisfacerlas (por ejemplo, un ecommerce propio o una aplicación) y trabajar en un plan de acción concreto para su desarrollo.
#2. La formación en competencias digitales prácticas
Este año los emprendedores y sus colaboradores ya no podrán seguir postergando su capacitación en el uso de herramientas digitales. En el caso de los dueños de un negocio no tanto para su uso diario, sino para entender las nuevas dinámicas del mundo digital y adquirir más elementos para tomar mejores de decisiones de inversión en nuevas plataformas. En las Pymes la incorporación de nueva tecnología puede significar procesos más eficientes, menores costos y más autonomía; pero también pérdidas significativas de dinero y otros recursos cuando no hay un plan ordenado de digitalización a corto, mediano y largo plazo que esté alineado con el plan estratégico de crecimiento.
#3. El avance más acelerado de la nube
El también llamado “cloud computing” ha atravesado todos los sectores en años recientes, desde la construcción y la industria energética hasta la banca y el comercio minorista. En los últimos dos años las Pymes aceleraron su ritmo de adopción de esta tecnología para mejorar procesos como la facturación, el manejo de la nómina y la contabilidad electrónica, la comunicación entre diferentes áreas y sucursales, así como el manejo de información crítica sobre el ciclo de compra-venta (por ejemplo, sobre el inventario). Con esta claridad sobre la nube como un factor crítico para el crecimiento los negocios pequeños y medianos aumentarán sus presupuestos de inversión en tecnologías de este tipo.
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