El año pasado, vimos con asombro cómo el mundo cambió drásticamente en cuestión de semanas, o días. Trabajar desde casa se volvió la norma para millones de personas en todo el mundo. Las reuniones familiares se limitaron a pocas personas y al espacio del hogar, o pasaron al Zoom. Y con el aislamiento social, también encontramos el tiempo para alejarnos de la vorágine diaria y reflexionar sobre lo que es realmente importante en nuestras vidas.
Entonces, objetivos como subir un 30% las ventas, o ganarle a nuestro competidor más cercano, tomaron otra dimensión. En medio de una de las mayores crisis globales de la historia, nuestra salud y la de nuestros seres queridos, o la posibilidad de seguir trabajando, se volvieron asuntos prioritarios.
Y mientras avanzan las campañas de vacunación, y nos adaptamos a la “nueva normalidad”, nos damos cuenta de cómo en este 2021 estamos redefiniendo nuestra idea del “éxito”. Y en esto nos estamos enfocando.
#1. La salud y el bienestar
Cuando la vida se ve amenazada de una manera tan directa, cuando perdemos familiares y amigos, recordamos su fragilidad. Y que ante la incertidumbre por un virus que todavía no se conoce bien, no hay otra estrategia que tomar medidas de protección, pero sobre todo fortalecer nuestra salud física y mental. Por eso hoy hay más personas interesadas en incorporar a sus rutinas el ejercicio físico, o se inician en la meditación.
#2. El balance trabajo – vida personal
Con las medidas de aislamiento social, de un día para otro muchos nos encontramos trabajando en casa. Esa línea que separaba nuestro mundo íntimo del laboral se esfumó, y de repente tuvimos que asistir a una reunión de Zoom con el equipo mientras vigilábamos que los niños estuvieran haciendo su tarea escolar. Por eso, algo que caracterizó al 2021 fue el mayor foco en la disciplina, las prácticas de productividad y los acuerdos familiares, para poder establecer límites más claros entre las horas que dedicamos a la empresa y a los asuntos personales.
#3. La resignificación de nuestro rol como emprendedores
Mientras hacíamos ajustes en la operación para asegurar la supervivencia del negocio, muchos nos pusimos a reflexionar sobre el verdadero aporte de la empresa a nuestras comunidades. Ya no se trata solamente de tener un negocio rentable, de dar empleo o de conseguir un inversionista para abrir más locales, sino de ayudar nuestros clientes a superar este momento, o de incorporar prácticas sustentables para el cuidado del planeta.
#4. Un liderazgo más empático
Esa revisión sobre nuestro rol como emprendedores, o incluso sobre la misión de la empresa, nos llevó también a cambios profundos en nuestro estilo de liderazgo. Con la pena compartida por la enfermedad o el fallecimiento de un colaborador, o de un familiar de alguien del equipo, confirmamos que los dueños de una empresa no pueden enfocarse solo en los números del negocio. También tienen que dedicar tiempo a hablar con su gente, a escucharla, y a acompañarla en su día a día.
#5. Relaciones personales más plenas
El aislamiento obligatorio en casa durante días y a veces semanas, nos alejó de las salidas, las fiestas, el cine y ese entretenimiento que, aunque necesario, a veces nos aleja de la necesaria reflexión. Y uno de los aspectos que pusimos bajo la lupa durante el año pasado fue la verdadera naturaleza de muchas de nuestras relaciones personales. Por eso hubo tantas crisis familiares y muchas amistades se reforzaron, mientras otras se perdieron para siempre.
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