Hoy son muchas las personas que sueñan con convertirse en su propio jefe. ¿Quién podría negar las ventajas de ser emprendedor? Alcanzar la libertad financiera, manejar horarios propios, y simplemente trabajar para uno mismo son solo algunas de ellas; sin embargo, no se trata de un camino fácil, y los riesgos son muchos.
La aversión al fracaso o a las pérdidas puede aumentar con los años, o con las responsabilidades: por ejemplo, el pago de un crédito, o la llegada de un hijo. Es por eso que tantas personas postergan la decisión de emprender, aún cuando es algo con lo que sueñan todos los días.
La buena noticia es para abrir un negocio no siempre es necesario “quemar las naves”. Siempre que el modelo de negocios lo permita, y con la estrategia adecuada, puedes empezar de a poco, e incluso manejar la empresa durante algún tiempo mientras mantienes tu trabajo actual. Cuando estés listo, y tengas asegurados los ingresos que necesitas o a los que aspiras, podrás dar el gran salto.
¿Qué es lo que deberías tener en cuenta para aplicar esta estrategia? Aquí te compartimos las cinco claves más importantes.
1. Elige el modelo de negocios adecuado
En este punto, es importante que seas realista y no te dejes llevar solo por tu sueño, por tu idea o tu pasión. Analiza qué tipo de producto o servicio puedes desarrollar y vender fuera de tu horario laboral, o a través de un equipo que únicamente necesite una supervisión periódica. Ten en cuenta las oportunidades que brindan las franquicias (con las que podrás apoyarte en un marca ya consolidada en el mercado), o esquemas como la venta directa, las licencias o la distribución.
2. Desarrolla un plan
Tener un negocio de medio tiempo no puede ser algo que mantengas a largo plazo. Si quieres que crezca, y tenga un impacto significativo en tus ingresos y en tu vida personal, en algún punto tendrás que renunciar a tu trabajo actual y dedicarte en un 100% a tu empresa. ¿Qué plazo de tiempo es recomendable establecer? Entre dos a cinco años.
3. Desarrolla los conocimientos y habilidades que necesitas
Trabajar para una empresa –sobre todo si es una grande, o una multinacional – te permitirá capacitarte sobre una amplia variedad de temas: administración, finanzas, ventas, operación y recursos humanos. Aprovecha además todos los talleres y cursos que te brinde la compañía como parte de tu plan de carrera. Y la experiencia de aquellas personas que brinden los mejores resultados mes a mes.
4. Fortalece tu red de contactos
Tu negocio se verá muy beneficiado por aquellas relaciones que puedas establecer con expertos, proveedores y potenciales clientes desde tu posición actual como empleado. Aprovecha también para trabajar en una estrategia de marketing personal, y ganar una posición de prestigio en tu mercado objetivo. Por supuesto, sé honesto y ten cuidado con los conflictos de intereses que puedan generarse durante esta etapa.
5. Presta atención a tus obligaciones fiscales
Ten en cuenta que si empiezas a generar ingresos adicionales a los que recibes por tu trabajo, tu situación ante Hacienda va a modificarse, y tendrás que pagar más impuestos. Hay varias figuras fiscales a las que puedes recurrir para iniciar operaciones con un nuevo negocio, como el Régimen de Incorporación Fiscal (RIF), o la persona física con actividad empresarial. Analiza con tu contador qué es lo que más te conviene y no intentes tomar atajos que podrían complicar tus planes futuros.
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