Cuando alguien se convierte en su propio jefe, uno de sus más grandes desafíos es aprender a manejar equipos de trabajo. Y erróneamente, muchos emprendedores creen que eso significa dar órdenes, ser obedecido y asegurarse de que todos cumplen con sus obligaciones.
En realidad, ser líder tiene más que ver con el desarrollo del talento de los demás. Porque nada es más importante para el crecimiento de una empresa que contar con un equipo eficiente y productivo, pero también motivado y comprometido. Y para lograrlo, hacen falta líderes persuasivos, capaces de inspirar y no de imponer a través del miedo a la autoridad.
¿Qué distingue a este tipo de jefes? ¿Qué tienen en cuenta a la hora de manejar a sus equipos y cómo convertirse en uno de ellos? Aquí te lo contamos.
1. Comparte tu visión.
Lejos quedaron las épocas en las que las personas se aferraban a sus trabajos y se limitaban a cumplir órdenes. Hoy, las nuevas generaciones buscan en sus empleos un sentido de misión, es decir, la certeza de que su trabajo diario tiene un impacto positivo en la vida de otras personas. Por eso, el primer paso para convertirse en un líder persuasivo es hablar con tus colaboradores acerca de tu visión de la empresa, de cómo está poniendo su granito de arena para transformar el mundo (o al menos, la vida de sus clientes), y cuál es el rol fundamental de los empleados para el logro de ese objetivo.
2. Trabaja en tu desarrollo personal
Un líder persuasivo predica con el ejemplo. Y lo mejor que puedes hacer por tus colaboradores no es convertirte en el jefe perfecto (¡eso es imposible!), sino demostrarles que trabajas todos los días para mejorar tus habilidades. Identifica tus áreas de oportunidad (por ejemplo, quizá tienes problemas para organizarte y terminas afectando la agenda de trabajo de todos), lee libros sobre liderazgo y productividad, toma capacitaciones o busca la ayuda de un coach especializado.
3. Deja a un lado el ego
Relacionado con el punto anterior, trabajar en el propio desarrollo personal significa reconocerse como alguien vulnerable. Y eso es algo que muchos dueños de negocios no están dispuestos a aceptar, porque los hace sentirse débiles e inseguros antes sus colaboradores. Es importante que entiendas que querer mostrarse siempre fuerte y en control de la situación solo tiene que ver con el ego, y que para ser capaz de motivar a otros detrás de un sueño tenemos que desarrollar relaciones de escucha, cercanía y empatía.
4. Piérdele el miedo al fracaso
Cuando el ego deja de dominarte, entonces puedes aceptar que, a pesar de darlo todo, puedes fracasar. Porque no eres un ser infalible. Lo bueno del fracaso es que te aparta del camino seguro, y esa es la mejor estrategia para encontrar nuevas oportunidades, aprovecharlas e innovar. Caerse deja además importantes lecciones, y nos convierte en líderes más humanos e inspiradores.
5. Comprométete con el crecimiento de los demás
Los mejores líderes son aquellos que dedican tiempo de calidad a trabajar en el desarrollo de su equipo, porque quieren trabajar con los mejores del mercado. El problema es que la gran mayoría de los empresarios Pyme temen que esto solo puede provocar pedidos de aumentos de sueldo, y que los mejores empleados terminen con la competencia. Esto puede ser solucionado a través de planes de carrera, pero entiende que si tus colaboradores no sienten que su empresa está interesada en su propio desarrollo, pronto perderán el interés y la motivación.
¿Has experimentado un tipo de liderazgo poco efectivo?, ¿qué cambiarías a partir de hoy con tus colaboradores?
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