Un préstamo bancario puede ser el mecanismo ideal para que un pequeño negocio pueda solucionar sus necesidades de capital de trabajo, y así poder dar el salto al siguiente nivel. A veces, lo que hace falta es comprar nueva maquinaria, pero las utilidades del negocio no resultan suficientes para hacer la inversión. En otros casos no se tiene el dinero para adquirir materia prima o renovar la flota de transporte.
El problema es que para acceder a un préstamo, el negocio debe estar preparado. En caso contrario, adquirir una deuda puede convertirse en un problema para la operación, e incluso terminar con la salud financiera de la compañía.
Por eso, si estás pensando en adquirir un crédito para el negocio, es importante que tengas en cuenta qué debes hacer antes de tocar las puertas de un banco, y entonces sí tomar la mejor decisión. ¡Toma nota!
1. Habla con tu Contador
Lo más importante antes de pedir un crédito es determinar si realmente te hace falta. En general, los pequeños negocias necesitan apoyo para 36 meses de financiamiento. Y quizá estás pensando en ampliar la capacidad instalada de la empresa pero con base a un crecimiento futuro de la demanda, sin datos certeros sobre si eso realmente sucederá. O quizá lo único que necesites es hacer los ajustes necesarios para que la empresa sea más productiva, se generen más ingresos y entonces sí, con esas utilidades hacer las inversiones necesarias. Analiza a fondo y de la mano del Contador de la empresa cuál es el panorama real, y qué es lo que realmente necesitas.
2. Determina el crédito ideal para la empresa
Antes de salir a buscar opciones, también es importante que tu Contador te ayude a elegir la mejor opción de financiamiento. Y esto no solo tiene que ver con la inversión que tienes en mente, o el capital de trabajo que te falta, sino con la fortaleza financiera del negocio y su capacidad real para hacer frente a los compromisos futuros. También hay que tener en cuenta el escenario macroeconómico mundial y del país, que definen por ejemplo el monto de las tasas de interés o el nivel de consumo.
3. Prepárate para ser un buen candidato
Acceder a un crédito Pyme puede ser complicado en México, ya que los requisitos son muchos y las tasas pueden ser altas. Así que es importante que antes de presentar una solicitud, hagas la tarea para que la empresa resulte atractiva ante los ejecutivos de banco.
Revisa que tengas toda la documentación necesaria y que los papeles estén en orden. Mantén la Contabilidad al día y no dejes pasar un mes sin pagar los impuestos. Y prepárate para contestar las siguientes preguntas sobre tu plan de negocios: ¿cuál es tu ventaja competitiva frente a tu competencia?, ¿cuál ha sido la evolución de las ventas en los últimos años?, ¿quiénes son tus clientes?, ¿hay un contrato de por medio o son clientes eventuales?, ¿cómo te pagan?, y ¿cuál es el plazo de pago de clientes y proveedores?
4. Construye un buen historial crediticio
Este punto es clave para que la empresa pueda ser considerada como candidata a obtener un préstamo. Para lograrlo, paga en forma puntual todos los recibos de servicios como luz o agua que estén a nombre de la empresa. No dejes deudas impagas, y por supuesto, cumple a tiempo con el pago de la tarjeta corporativa de crédito o de servicios. Esto te ayudará además a aumentar tu nivel de crédito existente, y a construir una buena reputación entre empleados, proveedores y colegas.
5. Investiga a fondo todas las opciones disponibles
Investiga qué bancos y otras instituciones de financiamiento están apoyando en forma activa a los pequeños negocios, y cuáles son las condiciones y costos del financiamiento que ofrecen. Pregunta, por ejemplo, sobre el costo de adquisición del préstamo, la cuota mensual y tasa de interés, y cuáles son las penalidades por demoras en el pago. Investiga otras opciones más novedosas, como las que ofrecen las nuevas plataformas de fintech, y que permiten que particulares se presten dinero entre sí en condiciones más atractivas. Si estás considerando esta última opción, es importante que te asegures de que son instituciones reguladas por el Estado y controladas por organismos como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNVB).
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