Si este año estás decidido a llevar tu estrategia de marketing digital al siguiente nivel considera que la creación de contenidos no puede quedar afuera de tu plan de trabajo. ¿Por qué? Simplemente porque es la mejor herramienta para dar visibilidad a tu marca, diferenciarte de la competencia y generar lazos de confianza con tu audiencia objetivo.
Crear contenidos es mucho más que escribir algunas entradas en un blog y sentarse a esperar que lleguen las visitas. Hay que trabajar en un plan de mediano y largo plazo; sobre todo al entender cómo funciona para aprovechar al máximo nuestros recursos. A través de este checklist veremos cuáles son los 10 pasos que debes seguir para empezar a publicar desde cero con eficacia.
☐ 1. Investiga tu mercado, a tus clientes y a la competencia
No empieces a publicar contenidos si no tienes información precisa sobre qué tipo de información va a resultar útil e interesante para tus clientes actuales y potenciales. Pues ésta será la que al final despertará interés alrededor de tu marca y de tu propuesta de valor para generar conversaciones interesantes con tu audiencia objetivo. Investiga además cuáles son las tendencias que están transformando tu mercado y los hábitos de consumo e información de tu nicho y qué está haciendo tu competencia. No se trata de copiar, sino de detectar las mejores prácticas, de confirmar qué funciona y qué no y, ante todo, de inspirarte.
☐ 2. Define qué tipo de contenidos publicarás
La base de toda buena estrategia de contenidos es el blog de la empresa. Así que el segundo paso es establecer si, por ejemplo, compartirás entradas de tipo informativo (muy abundantes en datos), tutoriales o reflexiones personales. La mejor decisión será la que tenga en cuenta las necesidades de tus consumidores y el tipo de contenidos que todavía no existen en el mercado (o no tengan tan buena calidad). También tienes que pensar en los formatos que generarán el mayor impacto; por eso no pueden faltar las infografías y los videos.
☐ 3. Desarrolla un manual de estilo básico
Es fundamental que conectes el estilo y el mensaje de tu marca con los contenidos que publicarás en el blog y en las redes sociales. De lo contrario, las entradas terminarán apuntando a audiencias diferentes confundiendo a tus seguidores y perderás la oportunidad de conectar con aquellos clientes que verdaderamente te interesan. Así que, antes de lanzarte a escribir, define la voz y el tono que tendrán las publicaciones de la marca (por ejemplo, ¿te dirigirás de “tú” o de “usted”?, ¿adoptarás un lenguaje coloquial o formal?, ¿qué extensión tendrán las publicaciones?).
☐ 4. Define los ejes del contenido
El siguiente paso es definir los ejes alrededor de los cuales pensarás en ideas de publicaciones tanto para el blog como para las redes sociales o incluso un newsletter o mensajes a través de una lista de difusión por WhatsApp. Por ejemplo, si tienes una tienda de alimentos gourmet podrías pensar en los siguientes temas principales: descripción de productos y procesos de elaboración (“¿qué es el queso azul?”), recetas, ideas de menús para reuniones y fechas especiales, novedades y/o promociones especiales.
☐ 5. Arma una lista de palabras clave y etiquetas
¿Ansioso por lanzarte a escribir? ¡Espera! Todavía tienes que definir cuáles serán las palabras clave que incluirás en tus entradas, imprescindibles para desarrollar una buena estrategia de SEO (Search Engine Optimization) y lograr que tu blog aparezca en las búsquedas de Google. También tienes que pensar en las etiquetas, que ordenarán el contenido del blog y permitirán que los visitantes encuentren más fácilmente los temas que buscan.
☐ 6. Establece un calendario mensual de contenidos
Ya nos vamos acercando al momento de publicar tu primer post. ¿Qué sigue? Que sobre la base de los ejes de contenido definas una lista de entradas por mes para el blog, las redes sociales y algún otro canal. Es mejor ser realista y empezar de a poco, porque para crear una audiencia interesada en tus contenidos necesitas ser constante y no apostar por demasiadas plataformas de comunicación a la vez. Otro consejo importante es que trabajes con anticipación. No esperes a ponerte a escribir para tu blog en la misma fecha en la que programaste la publicación porque te sentirás presionado, no disfrutarás del proceso y te faltará creatividad.
☐ 7. Redacta el título de la primera entrada de tu blog
El título es fundamental porque será el “gancho” para atraer más gente a tu página y hacer que se interesen en el contenido del artículo y sigan leyendo. El título tiene que ser corto, concreto y los más informativo posible para que la gente entienda desde el inicio de qué se trata. Además, tiene que incluir la palabra clave que elegiste, idealmente al principio del título.
Si bien puedes revisar el headline después de escribir la entrada, es mejor definirlo al principio porque así enfocarás de entrada el contenido. No te tomes a la ligera este paso, los copywriters profesionales pueden trabajar en hasta 30 opciones de títulos para un solo artículo. Si te sientes muy desorientado puedes utilizar generadores de titulares en línea, como Title Generation o SumoMe.
☐ 8. ¡Escribe!
Escribir es un oficio que se aprende con la práctica, así que no intentes redactar el mejor post de tu vida en tu primer intento. Disfruta del proceso y escribe como si tuvieras a tu cliente ideal frente a ti y estuvieras contestando todas las preguntas que tiene sobre determinado tema. Escribe sin filtros, ya tendrás tiempo para hacer correcciones y ajustes más adelante. Eso sí, es aconsejable que te apoyes en una pauta sencilla, que divida el artículo en tres secciones: introducción (que incluya la pregunta o reto que vas a resolver), cuerpo de la nota (con tres o más subtítulos, según la extensión) y cierre (con la conclusión a la que llegaste). Por último, no olvides incluir siempre un llamado a la acción (por ejemplo, enviarte un mail de consulta) para que tu lector sepa qué hacer y entonces puedas generar un lead.
☐ 9. Tómate una pausa
Esta es una parte fundamental del proceso, así que no te la tomes a la ligera. Si no cuentas con la ayuda de un editor, necesitas despegarte del texto unos minutos (o incluso unas horas) para poder editarlo con la mente más despejada. ¿Ideas? Prepárate una bebida caliente, sal a caminar o dedica algunos minutos a una tarea automática, como ordenar tu escritorio, que no te demande mucha concentración.
☐ 10. Edita y ¡publica!
La edición va más allá de la corrección de errores de ortografía y de tipeo: asegúrate de que es comprensible (que tenga buena sintaxis), de que la lectura es fluida y de que no falta ningún dato importante. Los editores profesionales recomiendan leer los contenidos en voz alta, porque así resulta más fácil detectar oraciones o párrafos demasiado inconexos, extensos y fallas gramaticales.
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