El home office, que millones de empresas y personas en todo el mundo han adoptado de manera permanente durante este año, borró los límites entre las horas de trabajo y las dedicadas a la vida personal. Por eso, nos es raro que un cliente nos envíe un mensaje de WhatsApp para hacernos una consulta a las 10 de la noche, o que decidamos tomar un curso de marketing digital un domingo.
Cuando dejamos por un rato la computadora, ahí está el celular, para mantenernos al tanto de cualquier mensaje o notificación en las redes sociales. Por eso terminamos el día agobiados de información y agotados, aunque no hayamos tenido que pasar horas en el tráfico y participado de juntas interminables, como antes de la pandemia.
La fatiga digital es un fenómeno que, con los meses de aislamiento social, creció considerablemente durante ese año. Y que pone en riesgo nuestra salud física y mental. Algunos de sus síntomas más claros son el cansancio, la ansiedad y la depresión, además de problemas de visión, contracturas musculares y, en los casos más extremos, dificultades para la movilidad.
¿Pero cómo encontrar un equilibrio entre las horas que debemos pasar frente a una computadora o con el celular para cumplir con nuestro trabajo, y el tiempo que dedicamos a nuestra salud? Estos son los cuatro hábitos que recomiendan los expertos, y que deberías incluir en tu día a día.
#1. Mantente alerta a los síntomas de fatiga
Mantener un espíritu positivo ante esta crisis no significa minimizar el impacto que está teniendo en todos nosotros. No solo nos sentimos amenazados por un virus desconocido, sino también por la crisis económica y las posibles consecuencias sobre nuestro negocio. Por eso es normal sentirse desanimado algún día, o incluso superado por la angustia. Lo importante es detectar esas señales y tomar las medidas necesarias para recuperar el eje. ¿Cuáles son algunos de esos síntomas? La incapacidad para concentrarse, las explosiones repentinas de furia ante un problema, el insomnio y la incapacidad para relacionarse con otros. Si te tomas unos minutos cada día para conectarte contigo mismo y analizar cómo atravesaste el día (por ejemplo, a través de la escritura de un diario o la meditación), las alarmas se van a encender a tiempo.
#2. Establece límites
Es cierto, todos nos sentimos presionados por no perder un solo cliente y por dar el mejor servicio que podemos. Pero si la fatiga digital termina con tu salud, entonces tu negocio no va a sobrevivir. En esta etapa de conexión 24/7 al celular, es imprescindible que establezcas horarios claros de apertura y cierre de la empresa, lo que incluye la atención de los clientes y el trabajo de los empleados. Y por supuesto, que los comuniques claramente a través de la página Web de la empresa, las redes sociales y otros canales sencillos, como la firma de tu correo electrónico. Otra recomendación es que no compartas el mismo número de celular para tu uso personal y el de la compañía, sino que manejes dos líneas separadas.
#3. Agenda bloques de tiempo para desconectarte
Puede sonar exagerado, pero lo más efectivo para sumar horas lejos de Internet durante el día es fijar en la agenda breaks de 15 a 30 minutos para regar las plantas, cocinar, tocar un instrumento musical o tomarse una pequeña siesta. Si en cambio usas ese tiempo para revisar tus redes sociales o los mensajes de tus grupos de WhatsApp, vas a seguir atrapado en el peligroso espiral de la fatiga mental, vas a seguir procrastinando y no vas a avanzar con tus proyectos más importantes (algo que, al final le va a dar sentido a tu trabajo diario). Ten en cuenta que uno de los grandes problemas de trabajar en casa, sin contacto con nuestros empleados o colegas, es que todos los días pueden parecer iguales, y esa es una de las principales causas de la ansiedad y la depresión.
#4. Dedica tiempo de calidad a tus actividades offline
Al inicio de la cuarentena, mucha gente se propuso hacer ejercicio, leer más o aprender a tocar un instrumento musical. Pero a medida que fueron pasando los meses, fueron abandonando estas prácticas, ya sea por que los ganó el abatimiento o simplemente por la falta de disciplina que siempre tuvieron. Como explican los expertos en productividad, la causa principal de que no logremos estos objetivos es que dejamos estas actividades para el final del día. Y la realidad es que a las seis de la tarde, ya no tenemos la mente fresca como para disfrutar de una novela, o para practicar lecciones de guitarra con la concentración necesaria. Aprovecha estas nuevas rutinas que quieres incorporar a tu vida como breaks para alejarte de lo digital, y márcalas en tu calendario.
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