Cómo mantener el equilibrio emocional cuando estás bajo presión

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Atender a los nuevos clientes, pagar la nómina, mantener los costos bajo control, pensar en la estrategia comercial para 2020… Transitamos las últimas semanas del año, los pendientes no dejan de acumularse, y empezamos a sentirnos agotados y más estresados.

Sin embargo, no podemos darnos el lujo de tomarnos un descanso o posponer tareas, porque es en esta época donde el negocio depende más de nosotros, los dueños.

¿Cómo mantener el equilibrio físico y emocional cuando estamos obligados a ser líderes de alto desempeño? ¿Cómo asegurarnos de que la empresa opera sin sobresaltos y los empleados trabajan contentos, sin que eso signifique perder la propia salud a causa del exceso de tensión y trabajo?

Ten en cuenta que, según los especialistas en Recursos Humanos, los emprendedores tienen un 50% más de probabilidades de contraer una enfermedad mental, como ataques de pánico o depresión. Por eso es tan importante tomar medidas preventivas no solo para protegernos, sino para fortalecernos y ser capaces de enfrentar nuevos desafíos. Y aquí te contamos cuáles son.

1. Reserva tiempo para ti mismo

¿Qué es importante para ti fuera de la empresa? Eso dependerá de tu estilo de vida, tu edad y de la etapa personal que estés recorriendo. Si tu prioridad es tu familia, procura cenar con ella al menos tres veces a la semana. Si te gusta cuidar tu cuerpo, no aceptes ningún compromiso durante las horas que dedicas al gimnasio. En cambio, si lo tuyo es el arte, regístrate en algún curso o actividad de tu interés. Recuerda que por más importante que sea el negocio, eres mucho más que un emprendedor o un empresario. Y que tu vida personal y tus afectos le darán una perspectiva real tanto a los éxitos como a los fracasos.

2. Empieza a pedir ayuda

Los empresarios más exigentes con los resultados del negocio y con los empleados lo son también consigo mismos. Por eso, se sienten obligados no solo a saberlo todo, sino a asumir todas las responsabilidades. Y por eso les cuesta reconocer que necesitan del apoyo de otras personas. Si te sientes identificado con este tipo de líderes, es hora de que empieces a fijar algunos límites para administrar mejor tu energía y esfuerzos. Por ejemplo, si resolver una nueva estrategia de negocios te toma más de un mes, entonces ese podría ser el momento de armar un comité de trabajo o de contratar a un asesor externo.

3. Anticipa medidas concretas ante problemas futuros

Una de las fuentes principales de ansiedad del ser humano es pensar en inconvenientes o desastres posibles, aunque no tengamos certezas de que realmente sucederán. Una medida efectiva para evitar caer en estos pensamientos negativos es anticipar escenarios y definir qué acciones vamos a tomar. Por ejemplo, en caso de la renuncia de un colaborador de confianza, hay que tener definido su reemplazo, tener procesos definidos que puedan compartirse y asegurarse de contar con un respaldo de los archivos más importantes.

 

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