En México, el 83% de los negocios son familiares. Y la gran mayoría entran en la categoría de pequeñas y medianas empresas (Pymes), por lo que enfrentan problemas como la falta de un gobierno corporativo, procesos bien estructurados y de planes de sucesión.
Otro reto entre quienes son parte de una empresa familiar es la cantidad de mitos que existen alrededor de ellas, y de cuáles son sus verdaderas ventajas y desventajas. Y hoy queremos ayudarte a aclarar un poco el panorama.
Mito #1. No hay nada mejor que trabajar con la familia
Muchos dueños de empresas asumen que no hay nada mejor que colaborar con hermanos, hijos, sobrinos y primos. Pero la realidad es que los lazos familiares pueden multiplicar los problemas en el negocio, porque es difícil separar los asuntos personales de los que tienen que ver exclusivamente con el trabajo.
Mito #2. La empresa debe ser la fuente de empleo de toda la familia
Aquí está una de las principales razones del fracaso de los negocios familiares. Porque en vez de seleccionar el mejor talento del mercado para cada puesto importante, los fundadores de este tipo de empresas contratan a hijos y sobrinos, e incluso a sus amigos, con la idea de asegurar sus ingresos y empezar a enseñarles el manejo del negocio.
Mito #3. No hay mejor opción para las nuevas generaciones que trabajar en el negocio familiar
Si la empresa está creciendo, y los ingresos son altos, los dueños asumen que sus hijos y sobrinos tendrán el futuro asegurado. Pero quizá tengan otros planes y pasiones, y al formar parte de la compañía no solo se van a sentir frustrados, sino que van a terminar afectando la operación, el clima laboral y los buenos resultados.
Mito #4. Trabajar juntos refuerza las relaciones personales
Este es un error muy generalizado entre los padres que quieren compartir más tiempo con sus hijos. Por ejemplo, porque durante su infancia dedicaron demasiado tiempo al trabajo, o porque se separaron de sus madres y no convivieron con ellos de niños. Si hay dificultades en la relación, trabajar juntos solo puede empeorar las cosas.
Mito #5. La empresa familiar tiene el futuro asegurado
Si el negocio ya tiene muchos años, y una historia de éxito, las nuevas generaciones asumen que no tendrán ningún problema para aprovechar la experiencia de sus antecesores y tomar el mando. Pero como explican los expertos, los cambios acelerados en los mercados tienen en jaque especialmente a los negocios más tradicionales, que a veces no trabajan en estrategias de innovación y llegada a nuevos mercados.
Mito #6. Vale más la experiencia que la formación
Muchas empresas familiares exitosas de México fueron fundadas por personas sin estudios universitarios, ni ningún tipo de formación académica. Pero eran otros tiempos, y hoy los empresarios necesitan saber de planificación, finanzas y comercio internacional. No para ser expertos en todo, pero sí para saber formar los mejores equipos y tener los elementos para tomar mejores decisiones.
Mito #7. No hace falta dejar nada por escrito: hay confianza
Elaborar informes mensuales sobre los resultados de la empresa, comunicar cuáles serán las nuevas inversiones y compartir esta información con los socios no solo es recomendable, es imprescindible. Así se evitan las presunciones, los malentendidos, y la acumulación de situaciones de incomodidad y desconfianza.
Mito #8. Las empresas familiares no necesitan profesionalizarse
Muchos empresarios de este segmento asumen que definir la misión, visión y valores de la compañía; formar un consejo de administración; fortalecer la estructura tecnológica; y definir planes de expansión son asuntos reservados para los grandes corporativos.
Mito #9. Trabajar en una empresa familiar asegura tranquilidad
Muchos profesionistas creen que, a diferencia de los grandes corporativos, los negocios de familia tienen como ventaja un ambiente amigable de trabajo, ya que la presión es menor. Pero eso depende de cada empresa, y a veces los conflictos internos pueden crear un clima laboral complicado.
Mito #10. Es mejor mantener la empresa pequeña
Con una visión conservadora, muchos dueños de negocios familiares descartan la idea de hacerlos crecer, ya que están convencidos de que eso va a significar más problemas. Por ejemplo, pagar más impuestos, afrontar juicios laborales, o tener más conflictos con los clientes y proveedores.
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