Una de las obligaciones más importantes que asumimos cuando iniciamos un negocio es la de presentar todos los años nuestra declaración anual de impuestos. Esta obligación debe solventarse en marzo o abril de cada año, dependiendo del régimen fiscal al que te hayas incorporado (como persona moral o persona física con actividad empresarial, respectivamente).
Un error común en el que caen los emprendedores novatos es tratar de cumplir con esta obligación en el último momento, sobre todo cuando la operación del negocio todavía es pequeña y no cuentan con el apoyo de un contador. Eso provoca falta de documentos e información importantes (como facturas que no se pidieron a tiempo o que no cuentan con los datos y requisitos necesarios), inconsistencia en los números y, al final, falta de recursos para pagar los impuestos. ¿Te ha pasado?
Aquí es cuando entra en juego una recomendación que debes poner en práctica: el precierre fiscal. Con él, podrás tener un panorama claro sobre los resultados del negocio antes de que termine el año, analizar qué estrategia podrías aplicar en los próximos meses para optimizar la carga impositiva de la empresa, conforme a la Legislación y asegurarte de que vas organizando toda la documentación necesaria para una declaración anual sin errores.
Indicadores a tener en cuenta
En otras palabras, el precierre fiscal es un cálculo preliminar documento donde quedan registrados los resultados parciales de un negocio o de una persona física con actividad empresarial hasta una fecha previa al cierre del año (segundo o tercer trimestre).
Aunque puede haber variaciones (por ejemplo, por la firma de un contrato con un gran cliente), con esta práctica vas a poder anticiparte al resultado de tu ejercicio contable y fiscal, a través de tres indicadores básicos:
- Utilidad o pérdida fiscal
- Coeficiente de utilidad para el siguiente año
- ISR a cargo o a favor
Algunas recomendaciones importantes
Ahora que tienes claro qué es un precierre fiscal y cuál es su importancia, te compartimos algunos consejos para que puedas aprovechar al máximo sus beneficios.
- A medida que el negocio crece, las operaciones y transacciones, así como su registro se complican. Contrata los servicios de un contador lo más rápido que puedas, idealmente desde el inicio de la operación.
- Emite y solicita cada mes las facturas que vas a necesitar tanto para documentar ingresos como para soportar la deducción de tus gastos.
- Realiza de manera periódica una conciliación de tus comprobantes fiscales digitales por Internet (CFDIs) con lo que está registrado en el portal del Servicio de Administración Tributaria (SAT). Así vas a poder comprobar que las facturas que te entregaron son válidas, que no hay documentos duplicados o que no te olvidaste de registrar algún ingreso.
- En el caso de que vendas productos, mantén actualizado tu inventario. Esto es muy importante, ya que si al momento de hacer tu declaración hay faltantes de mercancía, la autoridad tributaria puede considerarlos como ingresos para efectos fiscales. Apóyate en un Sistema de Administración Empresarial que incluya un módulo sencillo pero eficiente de manejo de inventarios.
- Realiza revisiones periódicas de las deducciones, para asegurarte de que estén autorizadas según las últimas disposiciones fiscales y de que además estén soportadas por la documentación adecuada (como una factura correctamente elaborada).
- Revisa periódicamente tu Buzón Tributario para responder a tiempo cualquier carta invitación del SAT para solventar alguna obligación omitida que esté pendiente.
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