Los emprendedores y empresarios más exitosos suelen mostrarse como personas seguras y confiadas en sí mismas. ¿Pero se trata de un don natural? ¿Es algo que podemos trabajar, sobre todo cuando sentimos que perdemos la capacidad de resolver problemas y seguir avanzando con nuestro negocio?
La realidad es que, aun en el caso de quienes sienten autoconfianza de manera natural, hay muchas circunstancias que pueden volvernos inseguros. Mientras que para quienes están al frente de un negocio no faltan los ejemplos con malos resultados, como el rechazo de un cliente, e incluso los temores por un ambiente económico complicado.
La pregunta es: ¿qué podemos hacer ante estas circunstancias, más si sentimos que nuestro estado de ánimo puede impactar negativamente en las relaciones con clientes, proveedores y socios? Los especialistas tienen una respuesta clara, aunque no sencilla: reconectarse con nuestro propósito de vida.
El poder de la visión personal
Esa es la lección que nos dejan los músicos, actores y deportistas, quienes para llegar al éxito y al reconocimiento dedican toda su vida a prepararse para ser los mejores. Los científicos o los escritores, quienes para ver su primer trabajo publicado invierten años hasta convertirse en los mejores expertos de su campo. También los emprendedores, como Jeff Bezos o Richard Branson, quienes son capaces de traducir su visión personal en diferentes mercados.
Pero, ¿cómo reconectarnos con nuestro propósito de vida? ¿Con esos lentes que nos permiten mirar el mundo desde una perspectiva personal y que nos enfocan para tomar mejores decisiones? ¿Con esa piedra a la que podemos sostenernos en momentos de incertidumbre y dificultad?
Para lograrlo y recuperar la autoconfianza, los especialistas recomiendan contestar las siguientes preguntas —algunas tienen que ver con el tipo de persona que ansiamos ser, otras con el impacto que queremos tener en el mundo—. Tómate una tarde libre, prepárate un café o té y escribe tus respuestas a mano. ¡Te sorprenderás con los resultados!
- ¿Cuáles son mis tres valores personales más importantes? (Por ejemplo, la honestidad, el servicio, la lealtad.)
- ¿Qué perdí, o qué estoy dispuesto a seguir perdiendo, por defender esos valores? ¿Vale la pena?
- Si no sintiera miedo en absoluto, ¿qué cosas nuevas me animaría a hacer?
- De todo lo que logré, ¿qué es lo que me hace sentir más orgulloso?
- En todos estos años como emprendedor, ¿qué impacto dejé en los demás? (Clientes, socios, proveedores y empleados.)
- ¿Cuáles han sido mis mayores fracasos? ¿Fueron fracasos verdaderos o en realidad los cometí cuando me distraje en el camino y perdí mi visión?
- ¿Qué lecciones me dejaron esos fracasos y cómo me reconectaron con mi visión?
- ¿Qué tengo para ofrecerle al mundo?
Responder estas preguntas (puedes agregar las que necesites) no tendrá un efecto mágico en tu vida; pero te iluminarán en momentos de confusión y oscuridad: te ayudarán a reenfocarte, a sentirte seguro de ti mismo y dispuesto a salir de nuevo a conquistar el mundo.
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