Cómo liberarte de los pensamientos negativos

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Quedarse atrapado en la angustia y el pesimismo es un hábito peligroso, sobre todo para las personas que deben moverse todos los días en escenarios de incertidumbre, como los emprendedores y empresarios Pyme. Los pensamientos negativos no solo nos bloquean y afectan nuestro estado de ánimo: también puede convertirse en una adicción, y en la excusa perfecta para abandonar un proyecto y justificar el fracaso.

El problema es que, muchas veces, cuanto más intentamos liberarnos de un pensamiento oscuro y recurrente, más atrapados terminamos en él. Y entonces, como le sucede a tantas personas, terminamos rindiéndonos y acostumbrándonos a este patrón mental.

Pero, ¿cómo salir de este círculo vicioso, sobre todo en estos momentos tan especiales como estos? Con un enfoque diferente, que te permita alejarte de tus hábitos mentales nocivos y entonces sí, empezar a despejar tu cabeza de una vez por todas. Y aquí, con la ayuda de los expertos, te contamos cómo hacerlo.

1. Expresa lo que te está pasando

Muchos pensamientos negativos están relacionados con problemas, emociones y traumas que arrastramos desde hace años, y que ocultamos en lo más profundo de nuestro corazón y nuestra mente. Así que el primer paso es hablar con alguien de tu confianza sobre lo que te está afectando. No tiene que ser necesariamente una persona muy cercana, como tu pareja o tu mejor amigo, pero sí alguien con capacidad de escucha, empatía y de tu absoluta confianza. Además del alivio que vas a sentir, la visión objetiva de un tercero te va a ayudar a poner las cosas en perspectiva y a quitarles peso.

2. Modifica tu lenguaje corporal

Nada refleja más claramente lo que nos está pasando por dentro que nuestros gestos. Así que obsérvate. ¿Están siempre con el sueño fruncido? ¿Sonríes? ¿Caminas erguido y relajado, o por el contrario lo haces con una espalda encorvada y un ritmo acelerado? ¿Qué haces con tus manos y tus brazos cuándo estás hablando con alguien? ¿Tu rostro y tu mirada reflejan interés o, por el contrario, impaciencia y deseos de estar en otro lugar? Si quieres ganar optimismo y, sobre todo, empezar a sentirte bien contigo mismo, es imprescindible conectar tu cuerpo con los pensamientos positivos. Te vas a sorprender de los resultados.

3. Medita

No hay técnica más fácil y efectiva para vaciar la mente por unos minutos, resetearla y recuperar la calma. Y que además, puedes practicar de manera gratuita (hay millones de videos y aplicaciones a los que puedes acceder sin costo por Internet). Muchas personas creen que meditar es algo que solo pueden practicar las personas con años de experiencia en el tema o con la ayuda de un gurú, y que significa entrar en una especie de trance. Pero la realidad es que todos podemos meditar, a nuestro nivel y con nuestros recursos actuales… Y que unos pocos minutos de silencio y de respiración profunda pueden cambiarnos el día.

4. Practica la gratitud

No se trata simplemente de ser agradecido, sino de tener una conciencia plena de todas las cosas buenas que tenemos en nuestra vida. Y de concentrarnos en ellas en todo momento. ¿Las has olvidado? ¿Estás tan enfocado en tus problemas, fracasos y decepciones que incluso no sabes cuáles son? Entonces toma lápiz y papel y haz una lista. Empieza por tus logros más grandes (como tu familia, tu buena salud o el departamento que estás pagando) y no te detengas hasta registrar las más pequeñas, como esa gran película que acabas de disfrutar. Las personas más felices y positivas son aquellas que no dan nada por hecho.

5. Cambia tu punto de vista

Algo que los expertos recomiendan mucho a las personas con depresión, o que simplemente son pesimistas, es reconocer la respuesta automática que tienen ante un hecho y luego intentar tener un pensamiento totalmente opuesto. Por ejemplo, si un cliente no contesta el tercer mail que le enviaste con la propuesta que te pidió, tu primera reacción puede ser pensar: “No le interesa, seguramente cree que no soy tan bueno para este proyecto”. Pero con una actitud más positiva, tu razonamiento podría ser: “Si no es capaz de contestarme después de todos los mensajes que le envié, quizá trabajar con este cliente no sea tan buena idea. Por algo pasan las cosas, y ha llegado el momento de intentar con otros prospectos.”

¿Cuáles son los principales factores que te detienen a tener pensamientos positivos? Te invitamos a meditar sobre aquellas acciones o actitudes que no te alimentan positivamente. ¿Qué puedes cambiar?

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