Seguramente en los momentos más difíciles de tu emprendimiento, cuando no logras cerrar ese contrato tan esperado, o cuando las ventas están a la baja, te has preguntado: ¿por qué otros tienen más oportunidades de hacer negocios que yo? ¿Qué estoy haciendo mal?
Las respuestas que podemos darnos a nosotros mismos son muchas. “No sé vender.” “No cuento con el dinero suficiente para hacer más publicidad.” “No tengo suerte.” “Me faltan mejores contactos…” Y efectivamente, como explican los expertos, las relaciones son la base de todo proyecto exitoso. La clave está en cómo las utilizamos a nuestro favor.
Porque no se trata simplemente de tener una agenda de contactos cada vez más grande, o dedicar más tiempo a participar de eventos de networking. El secreto está en usar nuestro negocio, la reputación de su marca y su propuesta de valor para ampliar nuestra red. Y así generar esas oportunidades que tanto estamos buscando. Vamos a ver cómo lograrlo.
1. Trabaja en tu marca personal
Como fundador del negocio, serás siempre su cara más visible. Por eso es tan importante que, a través de tu marca personal, construyas autoridad y confianza en tu campo de actividad. En cada interacción con clientes, proveedores y aliados de negocios, muéstrate como una persona positiva, proactiva, trabajadora, comprometida, experta y dispuesta a colaborar. Cuando seas una celebridad en tu sector, verás cómo más personas te van a contactar de manera natural.
2. Rodéate de personas que te hagan crecer
Muchos emprendedores se enfocan en leer, tomar cursos y talleres de capacitación, e inspirarse en los casos de éxito de grandes empresarios. Pero en algún punto, es necesario llevar todos esos nuevos conocimientos y habilidades a la práctica. Y qué mejor que hacerlo en compañía de alguien que tiene más experiencia, o de un equipo tan comprometido como nosotros en el éxito de la empresa. Busca a un mentor, que te acompañe durante el camino y te de su visión objetiva de las cosas. Si no encuentras uno, acércate a una buena aceleradora de negocios, que suelen contar con programas de mentoría. Además, busca en tu empresa a un director o socio de confianza, con el que puedas hablar de tus preocupaciones y compartir valiosos puntos de vista al momento de tomar decisiones.
3. Aléjate del “océano rojo”
Uno de los errores más comunes entre los emprendedores y empresarios Pyme es buscar oportunidades en esos mercados que están creciendo a un ritmo acelerado, pero donde a la vez hay cada vez más competidores. Y pensar solo en el dinero que van a ganar. Dedícate en cambio a analizar qué problemas del mercado siguen sin ser atendidos, y cómo puedes resolverlos con una solución efectiva y novedosa. Por supuesto, esta es una estrategia que va a llevar mucho más tiempo, pero solo así vas a poder generar proyectos rentables y con posibilidades de crecer en el largo plazo. Como explican los expertos en desarrollo corporativo, para sobrevivir a las altas y bajas del mercado, tu propósito debe ser más grande que tu deseos de obtener ganancias.
4. No ayudes a un solo cliente, ayuda a millones
Con un negocio, puedes ayudar a tres, cinco o 100 personas en un mes. Pero si le cambias a vida a miles, o a millones, con el mismo esfuerzo, entonces sí vas a atraer las mejores oportunidades de negocios y a lograr, por fin, el crecimiento acelerado de tu empresa. Esto resulta especialmente cierto en el área de servicios, donde muchos profesionales con una carrera exitosa en el mundo corporativo se lanzan a emprender y terminan vendiendo su hora de trabajo. Si ese es tu caso, necesitas desarrollar un modelo de negocios que te permita generar ingresos pasivos, o productos y servicios que puedan ser aprovechados al mismo tiempo por un nicho de mercado más grande.
5. Compromete a todo tu equipo en la innovación
Cuando iniciamos un negocio solos, y nos acostumbramos a manejar muchas tareas a la vez, nos cuesta delegar, o confiar en el punto de vista de otros. Pero si estamos decididos a hacer crecer nuestra empresa, y a crear una verdadera cultura de la innovación, necesitamos apoyarnos en el esfuerzo y el talento del equipo. Con la ayuda del área de Recursos Humanos, desarrolla mecanismos de comunicación y colaboración para escuchar las ideas de tus empleados. Apóyalos para que las mejores propuestas puedan ser analizadas, convertidas en prototipos, y lanzadas al mercado. Elimina palabras como “fracaso” o “error” de tu vocabulario, y reemplázalas por “aprendizaje” y “experiencia”.
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