Puntos principales
- La verdadera innovación en un producto o servicio está definida por la mejora en la experiencia final del cliente.
- Cuánto más grande sea el dolor de mercado que puedas aliviar, y menos competidores tengas, más éxito vas a tener.
- No importa cuál sea su tamaño, los negocios pueden trabajar en tres tipos de innovación: marginal, incremental y disruptiva.
“Innovación” debe ser una de las palabras más repetidas en el mundo de los negocios. ¿Pero sabes de qué se trata exactamente? Que hay diferentes tipos de innovación pero que, al final, lo más importante es el impacto que van a tener en la experiencia de compra y de consumo del cliente.
En general, la gente asocia la innovación con el desarrollo tecnológico y científico, grandes presupuestos e inversiones, y la transformación de los mercados. Pero como explican los expertos, la verdadera innovación está definida por la mejora en la experiencia final del cliente.
Podemos ofrecerle la última tecnología en celulares, o un cosmético patentado para eliminar las arrugas en 10 días… Pero si no funciona para un consumidor determinado, esa innovación no tendrá ningún valor para él.
A veces olvidamos que nuestros productos y servicios existen para solucionar los problemas de los clientes (además de ayudarnos a generar ingresos y construir un negocio rentable, por supuesto). Y que cuanto más grande sea el dolor de mercado que puedan aliviar, y menos competidores tengamos, más éxito vamos a tener.
Ahora que ya recordamos qué es realmente la innovación y por qué es tan importante tener en cuenta nuestra propuesta de valor, vamos a ver con casos concretos sus diferentes tipos: marginal, incremental y disruptiva.
#1. La innovación marginal
Con este tipo de innovación, puedes mejorar la propuesta de valor que ya tiene uno de los productos o servicios de que vendes en tu empresa.
Tomemos como ejemplo un jabón líquido para la ropa de la marca Persil, que promete una limpieza profunda de las prendas y un aroma fresco al final del lavado a través de una de sus clásicas fórmulas concentradas.
En este caso, la propuesta de mejora marginal es otra presentación que permite hacer lo mismo (es decir, lograr una limpieza profunda con un jabón líquido concentrado) pero con el uso de agua fría durante el ciclo de lavado, para cuidar mejor de las prendas, usar menos energía eléctrica y ser más amigable con el medio ambiente.
#2. La innovación incremental
En este caso, la innovación consiste en ir un paso más allá y sumar nuevas funciones a la propuesta de valor de un producto o servicio. Es decir, si un producto hace A, ahora ofrecemos otro que hace A + B. Eso soluciona nuevos problemas para el cliente, vuelve el producto más atractivo y por supuesto, permite venderlo más caro.
No importa cuál sea el tamaño de nuestro negocio, la innovación siempre debe estar entre las prioridades de nuestro plan estratégico.
Vamos a tomar como ejemplo en este caso a la marca británica Dyson, que ofrece aparatos altamente tecnológicos para resolver problemas de la vida cotidiana. Por ejemplo secadores de pelo, aspiradoras y artículos de iluminación. Este es uno de sus modelos de purificadores de aire, capaz de eliminar más del 99% de alérgenos, contaminantes y polvo; adaptarse a la calidad del aire del momento y refrescar el ambiente.
Un modelo más avanzado (y costoso) ofrece, además de todas estas funciones, calentar el ambiente y eliminar virus, incluido el COVID-19. Así, la innovación original queda incrementada.
#3. La innovación disruptiva
Este es el tipo de innovación que tenemos más presente, y que tiene que ver con la creación y lanzamiento al mercado de productos y servicios con una propuesta de valor completamente nueva.
La innovación disruptiva es capaz de resolver problemas de los que, quizá, no éramos conscientes, o incluso de crear una nueva necesidad, como es el caso de Apple con sus smartphones y accesorios. Hasta la experienca de “unboxing” de sus productos, o el lanzamiento de diferentes colores de celulares, ha marcada un antes y un después en el mercado.
Como resumen, no importa cuál sea el tamaño de nuestro negocio, la innovación siempre debe estar entre las prioridades de nuestro plan estratégico, para poder crear ventajas competitivas y sostenibles, mantener relevante a nuestra marca y colocarnos un paso por delante de la competencia. En otras palabras, sin innovación no hay ventas, rentabilidad ni negocio posible.
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