Marzo del 2020 marcó un antes y un después para todas las empresas: los meses de aislamiento social impuestos por la pandemia obligaron a adoptar en cuestión de días o semanas al teletrabajo, las videoconferencias y el comercio en línea. En el caso de las Pymes la transformación digital tuvo un protagonista: la nube.
Gracias a esta tecnología los negocios medianos y pequeños pudieron acceder a espacio de almacenamiento y plataformas imprescindibles; no solo para la operación diaria, sino para desarrollar nuevos canales de ventas y así mantener su nivel de ingresos. Algo que hubiese sido imposible de lograr adquiriendo más servidores propios o nuevas licencias de Software en un lapso de tiempo tan corto.
Como explican los expertos: en un proceso de digitalización no se trata de trasladar a la nube todo lo que antes se manejaba a través de la infraestructura informática propia, sino de trabajar en una estrategia de arquitectura y de servicios adaptables a las necesidades particulares de cada empresa.
Para aprovechar al máximo el potencial de la nube en la productividad y la expansión de un negocio es importante entender cuál es su impacto. Veamos de qué se trata.
Las ventajas de la nube para las Pymes
La nube puede facilitar casi cualquier proceso para la administración y operación de un negocio. A través de espacio en servidores externos, permite almacenar información y programas sencillos, como un administrador de correo electrónico (el mejor ejemplo es Gmail).
Pero también soluciones más especializadas para administrar el negocio o procesos de nómina.
En la transformación digital de un negocio, el también llamado cloud computing tiene impactos adicionales.
La movilidad. La nube permite que tanto los empleados como los proveedores trabajen a distancia y puedan atender clientes de otros estados y países.
La productividad. Poder acceder a información en cualquier momento y lugar, o trabajar mientras esperamos por un vuelo en el aeropuerto, nos permite recuperar uno de los activos más valiosos: el tiempo.
La simplicidad. Las plataformas y aplicaciones que funcionan en la nube utilizan interfaces intuitivas, sencillas de usar e incorporar en los equipos de trabajo.
Menores costos. Cuando se contrata una suscripción a un servicio en la nube; por ejemplo, de facturación, es el proveedor quien invierte en la infraestructura, el mantenimiento y la administración de los servidores.
La seguridad. Los datos y archivos de una empresa no se almacenan en un solo servidor, sino en varios que, además, pueden tener múltiples ubicaciones.
La actualización permanente. Con la nube siempre tenemos acceso a la última versión de una plataforma o aplicación. Esto no solo significa más funciones, sino también más seguridad.
Más funciones de negocios. Con la aparición de las aplicaciones y plataformas en la nube las Pymes pueden manejar el inventario o gestionar la relación con los clientes sin obligarse a contar con el presupuesto de los grandes corporativos.
La escalabilidad. Con la nube y sus múltiples servidores las empresas pueden aumentar su capacidad de almacenamiento y de manejo de datos en forma automática, de acuerdo a sus necesidades actuales.
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