5 etapas del crecimiento de un negocio (y cómo manejarlas)

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¿Cuáles son los problemas de crecimiento más comunes entre las pequeñas y medianas empresas? Resumirlos en 5 o 10 categorías puede resultar complicado, porque si algo caracteriza a las pymes es su diversidad en cuanto a giro, tamaño, tipo de clientes o entorno económico. Sin embargo, esos problemas y sus soluciones pueden identificarse mejor cuando tomamos en cuenta las diferentes etapas de crecimiento de un negocio. Y de eso queremos hablarte ahora en este artículo.

Para los dueños de una empresa, entender en qué etapa está es vital para saber cuáles son las prioridades y tomar mejores decisiones de inversión o de ajustes en la estrategia, por ejemplo. Así como para anticiparse a los retos futuros y preparar a su equipo para el salto a un ecommerce o al trabajo a distancia.

Estas 5 etapas del crecimiento de un negocio fueron identificadas por un estudio publicado por Harvard Business Review, que es una fuente de consulta permanente entre expertos en el desarrollo de empresas. Veamos de qué se trata.

Etapa #1. Existencia

Se desarrolla durante los tres primeros años de operación del negocio, cuando el 80% de las nuevas empresas desaparece. Es la etapa más crítica, marcada por la inestabilidad y la incertidumbre, y el esfuerzo constante de los dueños por asegurar la viabilidad de su proyecto.

La dinámica es bastante sencilla: debido a la falta de presupuesto los fundadores se encargan de todo, o al menos supervisan de manera directa a sus primeros colaboradores. Su objetivo principal son las ventas, por lo que participan directamente en el desarrollo del plan de marketing, la negociación con los clientes y la atención de quejas.

En qué enfocarse

Aunque es entendible que el dueño asuma muchas tareas, es importante empezar a trabajar desde el inicio en sistemas y procesos que hagan más eficiente su operación, aumenten la rentabilidad y el nivel de satisfacción del cliente, permitan delegar tareas y hagan más corta la curva de aprendizaje de los nuevos colaboradores.

Etapa #2. Supervivencia

En esta etapa, aunque el negocio sobrevive todavía tiene que probar su rentabilidad y capacidad de escalar. Su estructura es todavía sencilla al tener pocos procesos internos y colaboradores. El poder de decisión permanece en los dueños, el director de ventas y el administrador o contador.

El principal desafío de este periodo es fortalecer la base de clientes, aumentar el ticket promedio de compra y estabilizar el flujo de efectivo. En resumen, hay que rentabilizar la operación.

En qué enfocarse

En el desarrollo de una estrategia comercial efectiva. Para eso hacen falta datos, por eso es fundamental que el negocio cuente con herramientas tecnológicas para registrar, ordenar y procesar información que permita generar reportes y tomar mejores decisiones de negocio. Por ejemplo, con un Sistema de Administración Empresarial, que controla todo el ciclo de compra-venta y con el que se puede acceder en minutos a información sobre clientes, proveedores, facturas y pagos. Así, para facilitar la entrada al comercio electrónico posibilitando la conexión al módulo de inventario mediante un marketplace.

Etapa #3. Éxito

En términos de desarrollo empresarial, el éxito se asocia con el equilibrio y la posibilidad de trabajar, ahora sí, en el largo plazo. Entonces, los emprendedores y empresarios pueden decidir si quieren duplicar o triplicar el tamaño de la operación o mantenerla en los mismos niveles (por ejemplo, por motivos personales o porque están involucrados en otros proyectos de negocios).

Internamente, el principal desafío es mantener el control sobre la operación; por lo que para eso hace falta delegar y permitir que los gerentes y directores tengan más autonomía, que tomen decisiones importantes. Por ejemplo, sobre el uso del dinero, que en esta etapa suele ser más abundante.

En qué enfocarse

Hay que fortalecer al equipo y generar mecanismos de control para llevar al mínimo la posibilidad de errores y la pérdida de recursos. ¿Cómo? A través de la capacitación en nuevas habilidades, la revisión de procesos y sistemas e incorporando supervisores (controllers) en áreas clave, como producción, finanzas y atención al cliente.

Etapa #4. Despegue

Si el dueño apuesta por la expansión del negocio, los dos principales desafíos de esta fase son cómo potenciar y cómo financiar tal crecimiento. La respuesta está en la planeación estratégica, pues ésta permite que las diferentes áreas de la empresa trabajen coordinadas y enfocadas en objetivos comunes. Sobre todo, sin la necesidad de la supervisión permanente de los dueños.

La estructura de la empresa es cada vez más descentralizada, por lo que los gerentes y directores deben estar listos para manejar una operación cada vez más compleja. Eso obliga, una vez más, a revisar y redefinir procesos y sistemas; mas, porque en esta etapa aumentan las posibilidades de recibir inyecciones de capital y, por lo tanto, de sumar nuevos socios.

En qué enfocarse

Los dueños, socios y directivos tienen que dedicar la mayor parte de su jornada a trabajar en cinco temas principales:

  • el fortalecimiento del equipo y de su capacidad de autogestión,
  • la captación de nuevo talento,
  • la detección de nuevas oportunidades de negocios,
  • el manejo del flujo de efectivo y
  • la rentabilidad.

Etapa #5. Madurez de los recursos

En este ultimo escalón los fundadores pueden decir: “¡lo logramos!”. Hay un equipo profesional en funciones, la gestión está descentralizada y hay procesos con sistemas eficientes. Ante todo, una base de clientes satisfechos y leales a la marca.

La principal preocupación de los fundadores está en el control y la consolidación de las ganancias; a la vez que se trabaja para mantener las ventajas de ser una empresa mediana. Por ejemplo, la flexibilidad para la toma de decisiones, la capacidad para adaptarse más rápido a las nuevas demandas de los clientes, la cercanía con los consumidores y el espíritu emprendedor.

En qué enfocarse

En aumentar la capacidad de gerentes y directores para desarrollar y aplicar estrategias de innovación y crecimiento en mercados altamente competitivos. Esto significa que tienen que usar herramientas de planificación estratégica, análisis de proyectos y administración de recursos humanos, sin perder la conexión con la misión y visión del negocio. En otras palabras: deben de tener las mismas habilidades que los colaboradores de un gran corporativo sin perder la pasión y la motivación que caracteriza las primeras etapas de un emprendimiento.

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