Con el regreso a la normalidad de las actividades económicas, son muchos los emprendedores y profesionistas independientes que han decidido adoptar el trabajo remoto de forma definitiva. Si es tu caso, y entonces usas una parte de tu casa habitación como oficina, es importante que sepas que tienes derecho a deducir parte de estos gastos; pero, ¿cuáles son?
Preparamos este artículo junto al equipo de expertos de Mi Propio Jefe, para ofrecerte como siempre la información más precisa. Considera importante hablar con tu contador para verificar que puedes aprovechar estas deducciones de acuerdo a tu situación fiscal y al giro de tu actividad. ¿Comenzamos?
#1. Renta de un inmueble o inversiones
En este caso tenemos dos escenarios: cuando el emprendedor renta la casa o departamento en el que vive o cuando es propietario. En los dos casos, lo primero es considerar cuál es el porcentaje del inmueble que se destina a la oficina o área de operación del negocio (por ejemplo, la cocina y un área de empaque o envíos, en el caso de un negocio gastronómico).
Luego, hay que aplicar ese porcentaje del pago mensual de la renta amparada con comprobante fiscal o, en el caso de los propietarios, a la inversión que corresponde al inmueble y sus mejoras (pintura, plomería, impermeabilizaciones, etc.). Este porcentaje se determina considerando el número de metros cuadrados de construcción que el contribuyente destine a la realización de sus actividades empresariales o profesionales, en relación con el total de metros cuadrados de construcción del inmueble.
#2. Impuesto predial y otras contribuciones relacionadas al inmueble
Al igual que en el caso de la renta o inversión en una propiedad, el impuesto predial, las contribuciones locales de mejoras, de planificación o de cooperación para obras públicas que recaigan sobre el inmueble, se podrán deducir en la proporción mencionada anteriormente. Aplica para los propietarios de un inmueble, pues no es usual que un inquilino se encargue de estos pagos en México.
Clave #3. El pago de servicios
Aquí podemos considerar los recibos de la energía eléctrica, el gas, el agua, el teléfono fijo o Internet que se comparten con el resto de los habitantes de la casa-habitación. Al no estar regulada ni limitada en forma expresa por ninguna disposición, estos pagos pueden deducirse en su totalidad. Pero lo correcto es hacerlo en forma proporcional, según su nivel de consumo destinado a las actividades ya señaladas. También es necesario que los comprobantes fiscales por el pago de estos servicios tengan como titular a la empresa o a la persona física con actividad empresarial que desarrolla sus actividades en el inmueble.
Por último, recuerda que para mantener una contabilidad ordenada y maximizar las deducciones fiscales en cada ejercicio es clave que te apoyes en plataformas eficientes, amistosas adaptables a las necesidades actuales de tu negocio.
Si tienes una operación pequeña, necesitas sí o sí un sistema de facturación electrónica. Y si ya cuentas con personal, y ahora trabaja a distancia o de manera móvil, es imprescindible contar con un sistema de nómina que te permita checar la asistencia de manera remota.
En etapas posteriores, cuando el negocio crezca, necesitarás de un sistema de contabilidad propio y un sistema de administración empresarial, con el que puedas controlar todo el ciclo de compra-venta y manejar, por ejemplo, el inventario. Consulta todas las opciones que tienes en el mercado para administrar el éxito de tu negocio y no elijas solo por el precio. También toma en cuenta factores como la asistencia técnica y el seguimiento puntual de problemas.
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