Ante las críticas y fracasos, el emprendedor está listo para defender sus ideales; pero cuando se trata de enfrentar sus propios miedos, parece flaquear. Ayúdate con estos pasos y ¡sigue adelante!
Una constante en el mundo emprendedor es el sentimiento de soledad. México apenas empieza a saborear las mieles del mundo del emprendimiento; esto, por tanto, complica el camino de quienes deciden renunciar a un estilo de vida en aras de perseguir un sueño llamado negocio propio. Y es que, comparados con países como Estados Unidos –en donde hay quienes facturan su primer millón de dólares a la edad de 16 años–, estamos en el inicio de esta tendencia.
El emprendedor debe enfrentar, en primer lugar, las críticas de sus círculos más allegados; es decir, familia, amigos y ex compañeros de trabajo. Los comentarios más mordaces son consecuencia del hecho de decirle “adiós” a la oportunidad de abrir su propia empresa; luego le siguen los que tienen que ver con la disposición del tiempo. Por último, la falta de ingresos constantes y seguros termina por alejar al emprendedor de su meta.
Sin embargo, el enemigo más fuerte a vencer sigue siendo el mismo emprendedor. A decir de Lewis Howes, formador de emprendedores, existen 5 tipos de miedos que éste carga. Checa cuáles son y aprende a enfrentarlos.
- “No me la creo”
Ser emprendedor significa una gran responsabilidad y es muy fácil entrar en pánico. Si te preguntas todo el tiempo ¿“podré lograrlo?”, entonces no te traces metas demasiado ambiciosas. Comienza por establecer objetivos de corto alcance y ve intensificándolos de manera gradual.
- “No tengo qué vender”
Muchos emprendedores detienen su lanzamiento porque creen que necesitan un producto o servicio completos, pero de acuerdo con Lewis, sí se puede iniciar un negocio sin una oferta completa. ¿Por qué? Simple: porque tendrás la oportunidad de probarlo y ajustarlo hasta lograr cubrir al 100% las necesidades de tu mercado meta con la ventaja de no invertir más de la cuenta.
- “No soy perfecto”
Deja de perder el tiempo en detalles y enfócate en lo verdaderamente importante para emprender con éxito. Recuerda que es más importante tener un negocio bueno y rentable, que un negocio perfecto en papel pero inexistente en la vida real. Ya irás mejorando con el paso del tiempo.
- “Eso es para los grandes”
Encontrar inversionistas dejó de ser un asunto de los grandes corporativos y hoy los emprendedores tienen más posibilidades de sumar financiamiento. La recomendación es acercarse a las aceleradoras e incubadoras de negocios, pues con su ayuda podrás diseñar planes de negocios y argumentos atractivos para hacerte de capital.
- “No sé nada de negocios”
Aquí hay 2 caminos: o te lamentas toda la vida por no saber cómo llevar las finanzas de un negocio o buscas ayuda. Actualmente, existen becas, mentores y literatura que te ayudarán a convertirte en un experto en negocios.
Recuerda que las ideas no son de quien las imaginó primero, sino de quien tuvo el valor de ejecutarlas a tiempo. Los límites están dentro de ti. Y tú, ¿hasta dónde quieres llegar?