Internet ya es, a esta altura, una herramienta sin la que no podemos sobrevivir. Aún más si somos emprendedores y necesitamos comunicarnos con clientes y proveedores o realizar funciones básicas, como la elaboración de una factura a través de una plataforma en la nube. Pero, incluso con todos sus beneficios, la “red de redes” tiene un lado B: la cantidad enorme de información compartida y el riesgo que supone para la seguridad de nuestros datos personales y los del negocio. Toda nuestra actividad en Internet deja un rastro: por eso hoy queremos hablarte de la llamada huella digital.
Empecemos por aclarar qué significa este concepto. Se trata de la información que generamos cuando utilizamos un dispositivo electrónico (desde una computadora hasta un teléfono celular o tableta) para realizar algún tipo de actividad en Internet, ya sea hacer una búsqueda o publicar un posteo en una red social. Estos datos son recopilados por terceros a fin de realizar el seguimiento de un usuario, saber qué les gusta y qué no, crear un perfil en línea y realizar una acción posterior, como mostrarle (sugerirle) un anuncio.
En general, se habla mucho de la huella digital de las personas; pero hay que considerar que los negocios, de todo tamaño, también dejan su rastro en la Web. Por lo que es importante tomar algunas medidas para no dañar la reputación de sus marcas.
Ahora, ¿qué tipo de información recopilan esos terceros? El principal componente de las huellas digitales son los resultados de las búsquedas a través de Google y otros buscadores. También quedan registradas las páginas que más visitamos, las publicaciones que hacemos, las aplicaciones que usamos, los productos y servicios que compramos, las canciones que más escuchamos y, por supuesto, hasta desde dónde nos conectamos.
Para las empresas que hacen marketing digital estos datos de comportamiento en Internet son oro puro, ya que permiten ajustar las campañas y enfocarse en audiencias más segmentadas. Pero aún hay más: la huella digital también es utilizada por los reclutadores para conocer más a profundidad a los candidatos que entrevistarán para ocupar un puesto.
Veamos cuáles son algunas otras ventajas de la huella digital para los negocios.
- Permite mejorar la experiencia del usuario. Una de las principales ventajas de la huella digital para un usuario —y ahí está la explicación del porqué es tan sencillo crearla— es que facilita el uso que alguien puede dar a sus dispositivos electrónicos, a sus cuentas en redes sociales y al proceso de registro en nuevas aplicaciones. Es lo que sucede cuando, por ejemplo, nos queremos suscribir a un nuevo sitio y, mágicamente, el navegador nos sugiere datos como nuestro nombre, apellido o correo electrónico. ¿De dónde salieron esos datos? Precisamente, de nuestra huella digital.
- Optimiza las campañas de marketing. La huella digital permite que las empresas puedan aumentar el retorno sobre la inversión de sus campañas de marketing y publicidad. ¿Por qué? Porque con más datos sobre sus usuarios y sus preferencias pueden segmentar mejor sus bases de datos y enviar o mostrar mensajes personalizados con más posibilidades de generar conversiones y, en algún momento, una compra.
Los riesgos de la huella digital
Como ya te habrá quedado en claro: la huella digital incluye información personal. Y, por lo tanto, los usuarios exigen un mayor control sobre estos datos por motivos de privacidad, pero también de seguridad. De ahí la existencia de las políticas de privacidad que tanto las páginas Web como las redes sociales están obligadas a compartir con sus usuarios, y que estos pueden configurar según sus preferencias.
¿Pero tenemos todo realmente bajo control con estas configuraciones? La realidad es que no. Porque toda la información que publicamos sobre nosotros o nuestra empresa, o los datos que compartimos, quedan registrados. Aun cuando los borremos quedarán almacenados en el servidor del buscador o de la red social que usamos. Y alguien seguirá teniendo acceso a ellos.
Por eso es importante tener en cuenta cuáles son las amenazas de la huella digital para la reputación de las personas y de las empresas. Entre las más importantes debemos mencionar:
- La suplantación de identidad o phishing. Este es un tipo de fraude muy común, consiste en utilizar las fotografías o imágenes de una cuenta personal o de empresa para crear un perfil falso. ¿Para qué? Para obtener datos de otros usuarios, solicitar dinero o publicar información falsa o difamatoria.
- La fuga de datos. Cuando se produce un ciberataque el principal objetivo de los hackers es la información de carácter confidencial sobre usuarios y clientes, generada en gran parte por la huella digital.
- Los ataques a los servidores. En materia de ciberseguridad, el robo de estos datos puede suponer una responsabilidad civil o penal, pero también —y esto es muy importante— dañar la reputación de la empresa.
¿Qué hacer con nuestra huella digital?
Seguramente te preguntas si es posible borrar la huella digital. La respuesta es que, como simples usuarios, es prácticamente imposible. Entonces, ¿qué podemos hacer para proteger nuestra reputación y la de nuestro negocio?
Afortunadamente, hay varias medidas que podemos tomar al respecto.
- Configurar los ajustes de privacidad para que nuestros perfiles personales no sean públicos e incluso revisar quién de nuestros seguidores podrá ver una publicación antes de hacerla.
- Revisar en qué páginas y aplicaciones que ya no usamos nos hemos registrado, para así eliminar nuestro perfil o el de nuestra empresa, así como todos los datos. Por ejemplo, tiendas en línea, foros, plataformas de streaming, etc.).
- En caso de que un familiar o conocido haya publicado información sobre nosotros o nuestra empresa que consideremos sensible, solicitar de la manera más amable que sea eliminada.
- Bloquear funciones como el etiquetado de fotos por parte de terceros en redes sociales.
- Bloquear la huella digital en los navegadores que usamos en Internet, como permite hacer Firefox. En el caso de Chrome se pueden instalar extensiones específicas para esa función. Pero ten en cuenta que, en cualquiera de los casos, recibirás menos sugerencias personalizadas al momento de hacer una compra o menos avisos sobre promociones y ofertas.
- Tener mucho cuidado con la información que se comparte a través de chats, aplicaciones y foros privados. Por ejemplo, datos de cuentas bancarias, direcciones personales o contraseñas.
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