Se acaban de cumplir dos años de la declaración oficial, por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la epidemia de Covid-19 como una emergencia de salud pública. Mientras reflexionamos sobre el impacto de este periodo inolvidable en nuestras vidas y negocios, hay algo que tenemos claro: ya no habrá una vuelta a la “normalidad”.
El coronavirus y su rápida expansión por el mundo enfrentó a las sociedades con enormes desafíos a la vez en cuestión de semanas: la debilidad de los sistemas de salud, la inequidad, la polarización de la política, las preguntas sobre el cambio climático, el avance de la tecnología y la digitalización, el teletrabajo y los problemas con las cadenas de suministro. Para los emprendedores y dueños de negocios estos cambios pueden resultar agobiantes, pero también una fuente de aprendizaje, motivación y crecimiento, así como la oportunidad para adoptar nuevas formas de liderazgo.
La pregunta es: ¿cómo ser un mejor jefe en 2002? Según los expertos, estas son las cuatro tendencias que debes considerar.
1) La creación de una cultura del bienestar dentro de las empresas
Según un estudio de la OMS en 2018, los trastornos por depresión y ansiedad de los empleados elevan en un 30% las pérdidas económicas de las empresas y de las economías de los países. Se estima que, una vez superada la pandemia, ese impacto será aún mayor. Por eso, los líderes del futuro están enfocados en la creación de una cultura del bienestar dentro de sus organizaciones, en donde prime la salud física y emocional de las personas. Esto se traduce en políticas corporativas que promuevan un mayor balance entre trabajo y vida personal, en la alineación de los objetivos personales y profesionales de dueños y empleados, en un sistema de apoyo mutuo y comunicación abierta en momentos de crisis y en la capacitación de habilidades de liderazgo en todos los niveles de la compañía.
2) La capacitación constante en nuevos conocimientos y habilidades
Puede resultar aterrador lo rápido que las nuevas tecnologías transforman los procesos de trabajo y las relaciones dentro de las empresas, no importa cuál sea su giro. Por eso, una de las principales tendencias de liderazgo en 2022 será la capacitación de los colaboradores en nuevas herramientas digitales y todos aquellos conocimientos que les permitan entender e incorporar los últimos cambios en su trabajo diario. Además de cursos y talleres específicos, los expertos en desarrollo organizacional recomiendan prácticas como la incorporación de nuevas tareas y responsabilidades, los periodos transitorios de trabajo en otros puestos y áreas, así como la contratación de figuras como un coach o un mentor para gerentes y directivos.
3) La adopción de políticas de equidad
Una política de compensaciones injustas o el simple maltrato es una de las principales fuentes de estrés y ausentismo laboral. Por eso, un líder inteligente, aquel que busca potenciar el talento y el trabajo de sus colaboradores, sabe que lo mejor es mantener un lugar de trabajo que aplique reglas justas para todos. Las políticas de equidad tienen que ver en primer lugar con los salarios, basados en el mérito y no en el sexo o los lazos familiares de un empleado, por ejemplo; también con el acceso a oportunidades de capacitación, nuevas herramientas de trabajo, ascensos y hasta reconocimientos públicos ante logros importantes.
4) Mentalidad más abierta a la experimentación y más tolerancia al fracaso
Si algo nos enseñaron los dos últimos años es que todo puede cambiar de un día para otro. En medio de transformaciones tan aceleradas tenemos dos aliados principales: nuestra apertura mental y nuestra tolerancia al fracaso. ¿Cómo desarrollar este músculo mental cuando eres el dueño de un negocio y hay empleados que dependen de tus decisiones? Invitando a tus empleados a que también lo ejerciten con el desarrollo de una cultura del aprendizaje constante. Eso no significa, por supuesto, tomar riesgos que puedan atentar contra la estabilidad y el futuro del negocio, sino todo lo contrario: se trata de trabajar en proyectos de experimentación y desarrollo de nuevos productos y procesos, siempre enfocados en la satisfacción del cliente, con resultados concretos y riesgos medibles que ponen a la empresa por delante de la competencia.
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