Cómo crear una cultura de la innovación desde cero

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Puntos principales

  • Una cultura de la innovación hace referencia a las actitudes, los valores y las normas internas que influyen en la manera en la que los empleados se relacionan con las nuevas ideas y los cambios.
  • Para crearla, hace falta mucho más que motivar o sensibilizar sobre las oportunidades que abre hacer las cosas “de otra manera”. También, y esto es muy importante, hay que dar a los empleados la información, la capacitación y las herramientas que necesitan para enfrentar la nueva etapa.
  • Por supuesto, para obtener resultados hace falta un claro compromiso con la innovación por parte de los dueños y directivos del negocio.

Desarrollar una cultura de la innovación debe ser un objetivo para toda empresa desde su inicio, ya que así lo exigen consumidores cada vez más exigentes, mercados globalizados y una competencia intensa. Claro que en este proceso no pueden participar solamente los dueños de negocios, sino que también resulta imprescindible la motivación, el aporte y el compromiso de los empleados.

Durante un proceso de innovación se desarrollan conocimientos, capacidades y habilidades para idear y desarrollar nuevos productos y servicios, pero también para mejorar procesos como la logística o la administración. Una cultura de la innovación hace referencia a las actitudes, los valores y las normas internas que influyen en la manera en la que los empleados se relacionan con las nuevas ideas. Y que al final, pueden promover o frenar los cambios a lo largo del tiempo.

Para crear una cultura de la innovación en una empresa, no importa cuál sea su tamaño, hace falta mucho más que motivar o sensibilizar sobre las oportunidades que abren los cambios. También, y esto es muy importante, hay que dar a los empleados la información, la capacitación y las herramientas que necesitan para enfrentar la nueva etapa. Hay que acompañarlos además con el ámbito de trabajo y con el tiempo que necesitan para dedicar tiempo a esta tarea. Y hay que tener paciencia, porque todo cambio despierta miedo, desconfianza y resistencia. Todo esto demanda, al final, un claro compromiso con la innovación por parte de los dueños y directivos del negocio.

6 pasos para crear una cultura de la innovación

Dicho todo esto, vamos a ver ahora siete pasos para crear una cultura de la innovación desde cero en una empresa. No requieren de grandes presupuestos ni de cambios radicales en la organización, pero sí una visión de mediano y largo plazo. Vamos a ver de qué se trata.

Paso #1. Define una estrategia

La innovación no puede darse de manera espontánea o desordenada. Exige una estrategia con objetivos claros, una dirección, planes de trabajo, condiciones marco y responsables. Lo mejor es empezar por esas oportunidades de innovación que signifiquen un cambio tangible para el cliente, que mejoren su experiencia de compra o de consumo, y que tengan un impacto en los ingresos.

Paso #2. Comunica la nueva visión

El foco de los dueños y directivos del negocio en la innovación debe comunicarse a los empleados en todos los niveles jerárquicos. No solo para que estén al tanto, sino para que también se sientan parte del proceso y motivados a hacer sus propios aportes.

Crea un espacio físico dentro de la empresa en el que los empleados puedan desvincularse por unos minutos de sus tareas diarias y puedan dejar volar su creatividad.
Paso #3. Capacita

Innovación es una palabra muy repetida pero pocos entienden realmente de qué se trata, cuál puede ser su impacto en el negocio y cómo desarrollarla. Para promover el diálogo y la participación activa de los empleados, los expertos recomiendan realizar talleres para que los empleados de cada área puedan definir, por ejemplo, qué significa la innovación en el día a día de su trabajo y para el cliente, qué nuevas ideas tienen y qué planes de acción serían los más adecuados.

Paso #4. Genera mecanismos permanentes de innovación

Una vez que los empleados tengan los conceptos básicos sobre qué es la innovación y cómo funciona, hay que habilitar los procesos y canales para que las nuevas ideas fluyan y puedan concretarse desde cada área. Porque las necesidades de información o el contacto con el cliente pueden ser muy diferentes entre un trabajador de la fábrica y el encargado de redes sociales.

Así que además de nuevas capacitaciones periódicas (por ejemplo, en técnicas de creatividad) define cómo y a través de qué medios se puede enviar una idea, a quién (por ejemplo, ¿al grupo de trabajo de innovación o directamente al director general?), cómo puede participar ese empleado en el desarrollo de su idea, etc.

Paso #5. Organiza concursos

Lo interesante en estos casos es ir más allá del premio a la mejor idea y convertir la propuesta ganadora en un nuevo producto o servicio. La mejor manera de hacerlo es ofrecer una capacitación previa enfocada en la temática del concurso (por ejemplo, pensar en cómo mejorar el empaque de pasteles que se envían a domicilio, para que no se arruine la decoración), para que las propuestas sean más interesantes.

Forma además un jurado compuesto por expertos de la empresa, asesores externos y también empleados de otras áreas (por ejemplo, atención al cliente).

Este tipo de eventos tienen un impacto muy positivo en el desarrollo de una cultura de la innovación porque muestran el compromiso de la dirección, dan lugar a la participación de todos los empleados, motivan con una nueva visión e integran al equipo.

Paso #6. Arma laboratorios de innovación

Crea un espacio físico dentro de la empresa en el que los empleados puedan desvincularse por unos minutos de sus tareas diarias y puedan dejar volar su creatividad. Equípalo con herramientas y recursos que, por supuesto, estén relacionados con el giro del negocio y los problemas por resolver. Por ejemplo, en el caso de una fábrica de muebles, podrías incluir revistas y libros de diseño, tableros de dibujo, computadoras equipadas con software para el desarrollo de prototipos, impresoras 3D, etc.

Paso #7. Reserva tiempo de trabajo para las nuevas ideas

Por último, recuerda que las empresas más innovadoras del mundo establecen que sus empleados deben dedicar el 20% de su jornada de trabajo a trabajar en sus propias ideas. Esto puede ser difícil de implementar de manera generalizada, pero quizá puedes empezar por el mejor talento de cada área. Y, cuando quede claro el enorme potencial de esta práctica, puedes ampliarla a otros colaboradores.

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