Puntos principales:
- Cuando no tenemos las herramientas para lidiar con nuestras emociones, emprender puede resultar más difícil desde el punto de vista de la salud mental.
- El primer paso hacia la inteligencia emocional es poder detectar las señales de que necesitamos trabajar en ella.
- No te acostumbres ni tomes como normal vivir estresado, tener reacciones exageradas ante un problema o caer en el perfeccionismo.
En el largo camino que recorremos para iniciar y hacer crecer un negocio necesitamos de conocimientos y habilidades para relacionarnos mejor con los demás y superar los momentos difíciles. Quizá la inteligencia emocional no sea siempre imprescindible para lograr resultados; pero cuando no la tenemos, emprender puede resultar más difícil desde el punto de vista de la salud mental.
Cuando no somos capaces de sentir empatía por los demás, cuando no consideramos su punto de vista o cundo reaccionamos de manera exagerada ante un pequeño error, lo más seguro es que no logremos formar buenos equipos. Al final, nos sentiremos más solos e incapaces de pedir ayuda.
La buena noticia es que todos podemos mejorar nuestra inteligencia emocional, no importa cuáles sean nuestras habilidades actuales o la crisis que estemos afrontando. Como explican los especialistas: el primer paso es mantenerse atento a las señales de que necesitamos trabajar en nuestra inteligencia emocional. Estas son las ocho más importantes. ¡Toma nota y empieza a mejorar!
#1. Vives estresado
Emprender tiene sus riesgos. Ya no cuentas con un salario fijo, tienes colaboradores a cargo y los clientes se convierten en jefes aún más exigentes que los que tuviste en el pasado. Es normal atravesar por momentos de tensión y ansiedad. Pero si vives en esos estados de manera permanente, quiere decir que no puedes analizar cada situación con la perspectiva adecuada, y que tampoco sabes cómo manejar tus emociones.
#2. Te sientes ofendido con facilidad
Las personas que tienen una inteligencia emocional desarrollada son seguras de sí mismas, tienen una mentalidad abierta y entienden que no son el centro del mundo. Por lo tanto, no se ofenden cuando un cliente decide no trabajar con ellas ni cuando un colaboradorr abandona la empresa porque consiguió un sueldo más alto. Si has experimentado sentimientos de enojo ante este tipo de situaciones, quizá sea el momento de prestarte más atención.
#3. Tienes reacciones exageradas
¿Te has levantado enojado ante una negociación con un proveedor? ¿Le has colgado el teléfono a un socio luego de una discusión ardua sobre el reparto de utilidades? ¿Le has gritado a algún colaborador? Además del efecto que estas reacciones violentas pueden causar en los demás, lo peor es que seguramente después te has quedado con sentimientos de culpa y de vergüenza. Si estás muy irritable, quizá lo que necesitas es ejercitarte al aire libre, tomarte unas vacaciones o meditar.
Los emprendedores con inteligencia emocional no se colocan nunca
en el papel de víctimas ni le echan la cupla a los demás por sus fracasos.
#4. Te cuesta expresar lo que tú necesitas
Una de las habilidades más importantes de la inteligencia emocional es la capacidad de comunicar deseos, motivaciones y necesidades de manera honesta y firme, pero sin caer en la agresividad. Las personas que no cuentan con esa cualidad suelen enfadarse ante muchas situaciones que consideran injustas, por lo que permanecen calladas y afectan seriamente su bienestar emocional y el logro de sus objetivos individuales.
#5. Caes frecuentemente en el perfeccionismo
Para emprender necesitamos tener la capacidad de resolver de manera realista las diferentes situaciones cotidianas. Pero si estamos más atentos a los errores que a las soluciones, lo único que vamos a lograr es atorarnos en los pequeños detalles y terminar reincidiendo en las mismas equivocaciones.
#6. Te victimizas todo el tiempo
Los emprendedores con inteligencia emocional no se colocan nunca en el papel de víctimas ni le echan la cupla a los demás por sus fracasos. Cuando no logran un objetivo son capaces de analizar la situación con objetividad y de tratar de entender qué no fueron capaces de hacer y en qué necesitan mejorar. Si te estás volviendo muy quejoso, ¡cuidado!
#7. Reaccionas con vehemencia ante las críticas
Cuando estamos al frente de un negocio estamos expuestos todo el tiempo a las críticas de clientes, socios, colaboradores y proveedores; e incluso de familiares o amigos que nos estiman, pero que no se animan a convertirse en su propios jefes y están pendientes de cada error que podamos cometer. Así que cuando alguien tenga un comentario negativo sobre tu desempeño, sonríe, agradece “la buena intención” y déjalo ir. Por supuesto, si se trata de una crítica constructiva, aprovéchala para mejorar.
#8. Te cuesta alegrarte por el éxito de los demás
Otra señal preocupante de la falta de inteligencia emocional es sentir enojo, envidia y frustración por los logros de los demás. Aquí podemos incluir a otros emprendedores, ex compañeros de trabajo y hasta amigos. En los tiempos difíciles debemos aferrarnos más que nunca a nuestra visión del negocio. Claro, analizando de manera objetiva la situación y haciendo los ajustes necesarios para aprovechar las nuevas oportunidades.
Finalmente, lo creas o no, parte de trabajar la inteligencia emocional de manera efectiva es tomar decisiones acertadas que permitan implementar mejoras en el modo de realizar los procesos de trabajo, pues, sin duda, un negocio que marcha bien nos da tranquilidad y tiempo para trabajar en la mejora de otros aspectos de nuestra vida; sobre todo, en los emocionales. Para ello, no dudes en invertir en Sistemas de administración y contabilidad electrónica que te ayuden a perfeccionar la operatividad de tu empresa de manera ágil y precisa, como con las Soluciones de Siigo|Aspel.
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