La productividad es uno de los indicadores más claros de la capacidad que un negocio tiene para ser rentable y crecer en el mediano y largo plazo. Ya que permite responder preguntas importantes como cuántas unidades produce una máquina durante un día o cuántas ventas genera un colaborador en un local físico durante una quincena.
En su definición más técnica, la productividad es una medida económica que calcula cuántos bienes y servicios se han producido durante un periodo determinado de tiempo por cada factor utilizado; por ejemplo, capital, tiempo, maquinaria o colaboradores.
¿Cuál es la función del indicador de productividad?
Medir la eficiencia de producción por cada factor utilizado para obtener el máximo rendimiento de los recursos disponibles en la empresa. Por lo tanto, cuantos menos recursos sean necesarios para producir una misma cantidad de productos o servicios, mayor será la productividad.
¿Cómo saber cuál es la productividad de nuestro negocio y dónde estamos parados?
A través de ocho indicadores clave, mismos que puedes aplicar a diferentes áreas de la empresa para optimizar la operación. Veamos cuáles son.
#1. Utilidad bruta
Los ingresos de una empresa y su impacto sobre la productividad se pueden depurar hasta determinar la utilidad neta. Es e proceso de depuración inicia al restar el costo de venta a los ingresos para la determinación de la utilidad bruta.
#2. Utilidad operativa
A través de este indicador podrás determinar cuánto ha ganado la empresa por cada peso invertido. Para obtenerlo, basta con restar los gastos operativos a la utilidad bruta; por ejemplo, el pago de la renta de las oficinas o de la energía eléctrica de las instalaciones. No es un cálculo complicado; pero, por supuesto, es vital contar con datos precisos y confiables sobre los ingresos y egresos. Para obtenerlos se requiere de una plataforma de contabilidad electrónica, como Aspel COI, que permita registrar, almacenar y procesar de manera automática la información y generar reportes útiles para la toma de decisiones estratégicas.
#3. Utilidad neta
Este es otro indicador clave de la productividad de un negocio. Se obtiene al restar a los ingresos totales los impuestos, los intereses, los gastos financieros u otros gastos generales. Este dinero puede repartirse entre los socios o dueños de la empresa o reinvertirse en la operación y en la expansión de la empresa.
#4. Flujo de efectivo
También conocido como flujo de caja. Es el resultado de la entrada y salida del efectivo del negocio durante un periodo determinado. Con una acumulación óptima de activos líquidos y una buena capacidad para generar liquidez, una empresa puede hacer frente a sus compromisos de corto, mediano y largo plazo, desde el pago de la nómina y los servicios hasta la devolución de un préstamo bancario.
#5. Periodo promedio de cobro
La gestión de las cuentas por cobrar tiene un gran peso en la productividad del negocio, ya que determina su capacidad de generar ingresos para cumplir con los compromisos a tiempo y la estabilidad financiera de la empresa. Por ejemplo, si una empresa da a todos sus clientes plazos de pago a 90 días, tiene que asegurarse de contar con las reservas de dinero suficiente para pagar la nómina, los impuestos u otros egresos mensuales. Si no cuenta con ellas, entonces debes revisar la política de créditos.
#6. Ingreso por empleado
Con este indicador se puede identificar la participación de cada colaborador en la generación de ingresos, para determinar qué tan rentable resulta el pago de su nómina y beneficios como vacaciones, aguinaldo, etc. Para calcularlo se toman en cuenta variables como las ventas anuales, el número de colaboradores y su participación directa en procesos que generen ingresos, como la fabricación de un producto y su comercialización. Este factor resulta clave para las pymes, y es importante compararlo con la media del sector y los números de la competencia.
#7. Ingresos por equipos
No solo es importante monitorear la cantidad de ingresos que genera un colaborador, sino también el equipo al que pertenece. ¿Por qué? En primer lugar, porque hay colaboradores que realizan tareas de soporte que, por ejemplo, no impactan de modo directo en las ventas, pero que son vitales para la operación diaria. Además, este indicador permite identificar los puntos fuertes del negocio, así como las áreas de oportunidad, por ejemplo, para invertir en nueva tecnología de administración.
#8. Satisfacción del cliente
La experiencia de compra del cliente no solo tendrá un impacto en la reputación de la marca, sino también en la posibilidad de que repita la compra, nos recomiende y se convierta en un verdadero promotor de la empresa. Este es un punto que pymes suelen ignorar, pues creen que conocer el nivel de satisfacción del consumidor es algo propio de los grandes corporativos. Para conocerlo, a veces basta con preguntar a los clientes cuál ha sido su experiencia a la salida del punto de venta, colocar buzones de sugerencias o hacer encuestas a través de plataformas digitales.
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