La crisis del coronavirus nos ubicó en cuestión de semanas en medio de un escenario sin precedentes, y enfrentó a emprendedores y empresarios a desafíos enormes. Los que lograron salir adelante encontraron en los problemas oportunidades para la innovación, y no tardaron en adaptar sus productos y servicios a las nuevas circunstancias, desarrollar mejores procesos o adoptar la tecnología necesaria.
¿Te has preguntado cómo cambió la gestión de la innovación de las empresas durante el último año y medio? ¿Qué hicieron los negocios de todo tamaño no solo para sobrevivir, sino también para seguir apostando a la mejora continua y el crecimiento? Según los expertos, estas son las cinco claves de la innovación que se potenciaron durante la pandemia, y que se mantendrán vigentes en los próximos años.
1. La apertura al cambio
Aunque creamos que tenemos todo bajo control y que estamos listos para enfrentar cualquier situación: lo inimaginable llega. Y así sucedió con la pandemia al atravesar todas las industrias. El año pasado, quienes tienen un negocio recordaron la importancia de poder adaptarse rápidamente a los cambios, sobre todo, a no tener miedo y estar siempre listos para evolucionar.
Tan solo pensemos en lo sucedido durante los largos meses de cuarentena, y todo lo que tuvieron que adoptar las empresas en pocos días (y a veces por primera vez), como el teletrabajo. La buena noticia es que la tecnología estaba ahí: lista para acompañar esa transición, con herramientas en la nube como los Sistemas de Administración Empresarial o de nómina y apps como NOI Asistente, que ya permiten el control móvil de la asistencia del personal.
2. Curvas de adopción más cortas
Una de las principales barreras para la innovación es la capacidad de los consumidores para probar y adoptar nuevos productos y servicios, porque la tendencia natural del ser humano es desconfiar de lo que no se conoce. Sin embargo, durante esos meses en lo que todo cambió de manera abrupta, la gente incorporó rápidamente nuevos bienes y hábitos, como las compras por Internet.
Por eso, hoy las empresas tienen un margen mayor para probar nuevas fórmulas y procesos, lanzar al mercado pruebas beta de productos y servicios, y para ejecutar proyectos de una manera más flexible y ágil.
3. La capacidad de colaboración
Ante el cierre de locales, mercados y fronteras, la caída en los ingresos y la incertidumbre, los emprendedores y empresarios confirmaron que la colaboración es una de las claves más importantes para innovar. Desde que surgió la pandemia trabajaron junto a proveedores, socios, aliados e incluso competidores para adaptarse a las nuevas circunstancias y descubrir oportunidades de expansión.
Los negocios tuvieron aprendizajes colectivos: mejoraron su capacidad de negociación, pudieron incorporar nueva tecnología o llegar a más mercados, investigaron qué sucedía en otras industrias y compartieron el riesgo. ¿El mayor beneficiado? El cliente, quien confirmó su lealtad con aquellas empresas que lo ayudaron a superar sus propios desafíos.
4. La digitalización
Otra de las tendencias que ganó velocidad durante el última año y medio fue la transformación tecnológica. Empujadas por los cambios abruptos, las pequeñas y medianas empresas —el sector que más suele posponer los proyectos de digitalización de procesos— se decidieron a adoptar la tecnología necesaria para mantener la operación de la empresa a la distancia, mejorar los proyectos de trabajo colaborativo o incursionar en el ecommerce.
Entonces, descubrieron la enorme cantidad de opciones que hoy ofrece el mercado para generar facturas en minutos o para controlar el inventario a través de una aplicación en el celular. Todo ello por un costo accesible y con soluciones adaptadas al tamaño y a las necesidades de cada negocio.
5. Estructuras más ágiles
Por último, en los últimos meses las empresas tuvieron que liberarse del peso que significan los procesos de trabajo demasiado rígidos o complejos, de las trabas burocráticas internas, de los gastos innecesarios y de las estructuras de personal carentes de capacidad para reaccionar a tiempo ante los cambios.
Adoptar estructuras más ágiles fue un camino complicado y doloroso: a veces significó la eliminación de áreas y hasta recortes de personal; pero a su vez abrió las puertas a la automatización, a la movilidad, al ahorro de tiempo y dinero, al mejor servicio al cliente y hacia el descubrimiento de oportunidades nuevas de negocio.
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