Nos acercamos rápidamente a diciembre, por lo que ya va notándose el número de personas que manifiestan su cansancio físico y emocional:
“Me siento agotado.”
“Me cuesta mucho levantarme temprano.”
“No logro concentrarme.”
Son algunas de las frases más escuchadas que nos recuerdan que, en algún momento, todos lidiamos con el estrés; pero es durante estas semanas cuando más afecta a las personas.
El problema con el estrés es que lo hemos normalizado por considerarlo un estado común. Mas la realidad es que si no aprendemos a manejarlo puede generar consecuencias muy graves tanto en nuestro estado de ánimo como en nuestro cuerpo; por lo que incluso podemos terminar en episodios de ataques de pánico o en depresión.
Como explican los especialistas, eliminar el estrés por completo es imposible, ya que se trata de una reacción natural ante una sensación de peligro o ante un problema concreto. Sin embargo, podemos eliminar la manera en la que reaccionamos ante él y reducir sus efectos.
¿Cómo se manifiesta el estrés?
El mecanismo del estrés se manifiesta cuando nos sentimos sobrepasados por las circunstancias actuales por las atravesamos; por ejemplo, un problema inesperado, una acumulación de asuntos pendientes o un conflicto familiar o laboral para los que no vemos una fácil o pronta resolución. Tal presión pone a nuestro cuerpo en un estado de alerta máxima que aumenta la presión sanguínea, el corazón se sobresalta, los músculos se ponen rígidos y la respiración se agita.
Cuando dicho estado se prolonga nos volvemos más propensos a sufrir un ataque de ansiedad o, lo que es peor, un incidente cardíaco. Además, el estrés debilita al sistema inmunitario y acelera el envejecimiento en general. Tampoco hay que minimizar el peligro de caer en depresión, una afectación que aumentó considerablemente entre la población mundial tras los estragos de la contingencia sanitaria.
Por eso es muy importante desarrollar mecanismos que incorporen nuevas rutinas para estar mejor plantados ante el inevitable estrés y así mantenernos sanos en todos los aspectos. Veamos cómo lograrlo.
1. Préstate atención
Ante la mayor carga de trabajo y las presiones naturales del negocio muchos emprendedores optan por ignorar las señales del estrés y seguir adelante enfocados en sus objetivos. Pero negar nuestros propios límites físicos y emocionales es una receta segura para el agotamiento y la depresión, que inevitablemente llegarán si no nos prestamos atención a nosotros mismos. Así que mantente atento a las señales de alarma, como dolores físicos, problemas estomacales crónicos, insomnio, falta de interés en actividades que antes te fascinaban, problemas para socializar o aumentos en el consumo de alcohol o tabaco.
2. Aprende a tomar perspectiva
Una característica común entre aquellas personas que viven estresadas y agobiadas por todo lo que tienen que hacer en el día es que no saben organizar el tiempo y priorizar. Y existe algo profundo detrás de esa falla: nunca aprendieron a dar a las cosas la importancia que realmente tienen. Se trata, por ejemplo, de aquellos emprendedores que pueden caer en el mismo estado de enojo si no les entregan una factura que si perdieron un cliente importante. Cada vez que enfrentes un problema: respira hondo y pregúntate qué tan importante es en realidad. Y si sientes que no puedes más, habla con alguien para que te ayude a tomar la tan necesaria perspectiva.
3. Di NO con más frecuencia
Hay algo que tienes que entender: nadie valorará más tu tiempo y tu esfuerzo que tú mismo. Por eso, no es válido que estés haciendo cosas por los demás todo el tiempo y luego te enojes cuando sientas que nadie te considera en la misma medida. Así que organiza con inteligencia tu día (idealmente, tu semana) para tener claridad sobre tu disponibilidad de tiempo. Fija límites y aprende a decir no amablemente cuando alguien te pida productos gratuitos para una degustación o cuando le dediques una hora de tu tiempo para asesorarlo sin costo, por ejemplo.
4. Regálate tiempo
¿Cuál es la excusa más común entre los emprendedores que no hacen ejercicio o trabajan todos los fines de semana en su negocio? ¡Qué no tienen tiempo! Si te identificas con ellos, piensa cuántas horas del día le estás regalando a otras actividades intrascendentes o incluso dañinas para tu salud, como navegar por las redes sociales o ver televisión. Comprende: tu negocio no desaparecerá porque te tomes una hora diaria para hacer yoga, meditar o salir a caminar luego de la comida. Estos espacios no solo te darán herramientas para mantenerte enfocado y en calma, también te permitirán recuperar la autoestima y la confianza en tus proyectos.
5. Ejercítate
Practicar yoga o algún tipo de ejercicio más intenso, caminar o correr no solo es imprescindible para mantener un buen estado de salud a medida que envejecemos. Estas prácticas también tienen efectos relajantes y generan sensaciones de bienestar y felicidad al producir sustancias como la dopamina, la serotonina, la oxitocina y las endorfinas. Además, el deporte mejora la autoestima, fortalece la autoconfianza y promueve la interacción social.
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