Los negocios de medio tiempo responden a 2 necesidades: incremento de ingresos o capital para apuntalar un negocio ya existente; sin embargo, sea cual sea el motivo, lo cierto es que hasta esta modalidad de emprendimiento requiere de un plan que aminore el riesgo de fracaso y conduzca al emprendedor por el camino del éxito.
Si tu meta es ganar un dinero extra sin que esto implique renunciar a tu actual empleo o descuidar tus deberes, entonces arma un estudio de factibilidad y ve a la segura.
A diferencia de un plan de negocios –mucho más complejo y, por qué no decirlo, extenso– un estudio de factibilidad se compone de 4 puntos. Y aunque es más breve, su valor radica en que tendrás más claridad acerca de tu idea, objetivos, acciones y resultados. El estudio debe contener:
1. Producto y servicio
Pregunta entre tus conocidos qué opinan del producto o servicio que quieres vender, qué necesidades resuelve, cuánto estarían dispuestos a pagar y con qué frecuencia lo consumirían. Esto te ayudará a saber si vas por el camino correcto o debes pensar en otra idea de negocio. Un punto más a considerar es qué tan afín eres con lo que venderás, pues un grave error es emprender un negocio que no te apasiona.
2. Industria
Investiga quiénes son los proveedores, la competencia directa y los clientes potenciales que mueven los hilos de la industria en la que pretendes participar, así sabrás qué tantas posibilidades tienes de posicionarte y en cuánto tiempo. Considera también si el producto o servicio con el que participarás es sólo una moda pasajera o tiene potencial en el futuro. ¿Por qué? Simple: porque si requieres de financiamiento, tendrás más claro los periodos en los que podrás cubrir la deuda sin presiones.
3. Organización
Recuerda que los involucrados en tu negocio deberán cubrir un perfil específico, de acuerdo con el puesto que ocupen, y éstos serán los responsables de acciones específicas. Para que todos trabajen alineados a los objetivos de la empresa, la recomendación es que diseñes un organigrama en el que se especifique el rol de todos los involucrados y cuáles son las metas que deben alcanzar.
4. Finanzas
Se trata de la sección más complicada, pero de la que depende el éxito o fracaso de tu idea de negocio. Comienza por definir cuánto capital necesitas para arrancar y haz una lista que contenga requerimientos técnicos, gastos fijos y capital humano. Una vez que obtengas la cantidad, limítate a ella y no caigas en la tentación de adquirir insumos extra o suntuosos.
Aunque se trate de un negocio para complementar esos ingresos que ya tienes seguros, deberás establecer un compromiso con tu idea de negocio, brindarle tiempo de calidad y tomar muy en serio tu papel como emprendedor. Sólo así obtendrás los resultados que esperas.